Zacharias El Vampiro
con la chica por ser ella la responsable de mi estado, pero rápidamente me di cuenta que sería un ve
arrodilló y buscó mi mirada que segundos antes había clavado
bien? -p
pero mejor me guardé el comentario sarcástico. Sólo gruñí tratando de no parecer una fiera hambrienta que
que puedo hacer después de que
ella se acordaba de mí, por eso se me quedó m
ad, no creí que también me co
piel conmigo, su perfume me llegó como una ola llena de energía, tanto que me impresionó la dulzura de su fragancia y la intensidad de la misma. Aunque casi toda su piel estaba cubierta por tela
ás oscuras, casi negras y la forma en la que ella miraba daba la sensación que ese remolino de colores te tomaba entre sus vientos y te envolvían para arrastrarte a confines desconocidos. Nunca había sentido una fuer
ía asegurar que era el suficiente como para ser capaz de que una simple gripe me matara. Hipotéticamente, claro, los vampiros n
elodiosa voz, un tono que no había utilizado antes.
ue ya no tenía el sol encima de mí y
o me quise reír, realmente quise hacerlo. Como si algo
mentí, no podía darle
de seguro se estaba imaginando cualquier otra cosa, c
de cualquier molestia. Sólo ahí fue que realmente vi una sincera preocupación en sus ojos. Preocupación por mí, algo que no v
ista una perfecta dentadura. Sentí mis músculos tensarse para formar una sonrisa en respuesta, pero los reprimí antes
tí consternado, no recordaba la última
acordaba y a
brazos tenía a mi hermana de diecisiete años que respiraba totalmente agitada. Yo aún empuñaba mi espada con fuerza mientras trataba de hacerla calmar. Ella había llegado hasta mí corriendo muy asustada porque mientras ella buscaba yerbas en el