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Selección Antinatural

Capítulo 5 Sebastián

Palabras:2358    |    Actualizado en: 11/07/2022

conocimos? —pregunta Sebasti

y maricona pero si,

ces, recuerdo que tenía 8 añ

, yo tenia 8 años

un mes de diferen

replica Yuri sonriendo—. Tú sie

, recuerdo que fue en medio de una pelea en la escuela

y tú eras el nuevo del salón. Luego de eso me di cuenta de

ábamos los timbres de las casas y salíamos corriendo juntos, escuchábamos las

tocamos el timbre de una casa

s que saltar un muro para que no n

r y mucho, o yo diría risas

ahora creo que lle

desierto caminando en una sola direcc

ea el final de nues

tal vez si seguimos la misma direcc

untando en la dirección a la que vamos, para que al

¿Trajiste un

o as

de lo sa

o en el ataúd, con

nto pensé que esto s

extraño ¿por qué dejarían un martillo en mi ataúd?

ri exaltado—. Pero Sebast

jaron un mensaje. Ellos querían que escapáramos del ataúd y que caminár

orque a no

un cachazo y te desmayaste mientras que a mi solo me metieron en la camioneta, así sin vacilar. Ya en la camioneta uno de ellos dijo "¿Y qué hacemos con el?" En es

o, de allí ya no me llega más nada a la cab

o qué pasó con Winder igual no sería tu culpa. No había necesidad

tián, pero aún siento culpa, no debe

ompleto idiota amigo mío, si

ado de mi

scansa amigo, bu

starle atención al frío de aquel lugar durmieron p

ama la mujer luego de ser g

erra! —excl

el niño que llora—. No

ino tú también

rtarlo—. Apenas hemos pasado un día ¿Y ya tienes pesadillas? V

lo con la esperanza que ese sea el camino a casa y con la mitad de energía

ellas, hacían pequeñas paradas para buscar cualquier cosa que se mueva y que por ende se pueda comer, pues el estómago no les dejab

ión de rocas en forma de cueva que es perfecta para ser usado como guarida

se estaba comenzando a desconchar y ya han perdido el 20% de la masa corporal, esto pasa gracias a que nuestro cuerpo comienza a canibalizarse a si mismo cuando esté se queda sin energías y recursos empieza a “comerse” a s

—. Antes de morir nec

o—. Vas a salir del closet ¿por qué

o.

amigo tranquilo, aún segui

io —repone

on su voz sarcástica

s golpes ¿y de que servía eso? De nada, porque al terminar conmigo seguía con ella y lo peor es que tuve que ver todo eso durante 11 mal paridos años, un día le dio un golpe muy fuerte en la cabeza de mi mama y ella empezó a convulsionar, yo fui corriendo a socorrerla y el solo salió corriendo de la casa y le dije con todo el odio del mund

s y no mal acompañados por una escoria humana, ahora

ientras se seca las lágrimas—

ar ¿Cierto? Claro que si,

ca te he visto c

vo, ni tampoco lo conocí y bueno mi m

quieres a

reo que soy un c

ico y tener dinero para darle a m

eres un cer

urro sin r

ito! Llego la ho

una roca, ni porq

, pero no encontré algo

iado de

¿Ahora qu

solo hacía las cosas por hacerlas, a veces me pasó de egoísta por andar pensando que todos son como yo y

o las rocas comenzaban a desaparecer dejando solo arena por el camino. Luego de 6 horas de caminata sin comida y agua los dos amigos perdieron el

Yuri exaltado—. ¡Seb

ca Sebastián

uri al tiempo de que corre con todas

lí no hay

á allí mismo ¿e

ás alucin

iente del agua. Su cabeza no lo soportaba, la sed lo hizo ignorar el hecho de que el río era una ilusión y saltó de clavado encontrando entre la arena caliente la cruda verdad. Luego de eso Yuri se sentó en la arena dándole la espalda a Sebastián, tomó

durmieron sin tener u

despierta! —excl

pasa

punto de

lo, era como un día de ensueño. Repentinamente el desierto comenzó a inundarse cada vez a mayor velocidad, Yuri no podía comprender nada, de un momento a otro Sebastián ya no estaba y comenzó a escuchar un gran estruendo

mpo de que levanta su torso de la arena—. Solo fue un sueño,

nada de agua en su organismo, el hecho de que siga vivo es un milagro por el hecho de que las

uieron el camino del martillo de Sebastián, sus pasos eran lentos y arrastrados, no habla

piración, con desesperación colocó su oído en el pecho de Sebastián, cerró sus ojos, se concentró y logró escuchar los latidos del corazón sintiendo así un gran alivio, tomo a Sebastián de sus brazos y piernas, lo carga en

tiempo de que me recuper

ertas —replica Y

pasó

olo te faltaba la falda y ya s

no conozco a una mie

tú burro de carga

cargaste todo

rás las pregunta

ondiste con otr

te busco la

, oye amigo

obvio que no te i

odo, fue bueno s

despedida, mejor duerme que ya estás deli

oches Yur

hasta mañana, ya hasta te eq

a caricia en su cabeza, al levantar su torso sintió la necesidad de voltear a la dirección del martillo de Sebastián y pudo observar como una parte del cielo se opacaba con l

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