Rashad, un Rey Perverso

ass

tin

able... dale algo de comer... dejaré la v

ía corta y mis ojos volvían a parpadear. Me sentía extrema

abía recibido información hace... Ni siquiera tenía noción del tiempo aquí. Esta habitac

pesado pechero en su cuerpo, y luego le batió lo

hacia mí en cuanto la puerta se

-susurré

aba como a

, y con los ojos pesados asentí mien

u dedo pulgar por mis labios resecos. Pude sentir su cercanía, él estaba r

a mí con un cuenco de agua en sus manos, y lueg

s de est

do de moverme a la direcc

ente al suelo y luego sujetó mi rostro

.. -pidió en f

miré sus ojos. Necesitaba el agua, ya no

labios y luego mi boca entera

pero lo que no pude advertir, fu

co, y luego lo escupió en mi boca. Rápidamente, me cerró l

gala

to quiso sentir repulsión ante el acto, pero ahora mismo era un temb

a, más por mi sobreviven

o

pí en su cara sujetándome de la cuer

infierno en sus ojos porque no había

pentida ni un ápice

poder tomar mi cuello en su sola mano y caminar conmigo en el air

ar de respirar mientras su aire caliente como el f

sto, esclava..

ricé en el suelo, porque pensé qu

nco de nuevo y llenan

aquí, este hombre no se

zafarme de sus brazos. Pude ver como el agua se regó ante nuestro forcejeó hasta qu

de forma agitada y mi garganta solo me ardía. Cerré los ojo

enidos en mi garganta, quería rendirm

n mi boca, pero esta vez no

y no pude evitar cerrar los ojos cuando sentí sus labios pegánd

díbula y cuello mientras él observaba silen

asó la lengua desde mi clavícula hasta mi quijada

mirar más nunca atrás, pero solo pude observarlo co

ntras las gotas bajaban por su barba y lu

nuevo... marcaré todo tu

r mientras él volvió a escupir sin decoro e

gala

o profundo en mis ojos y cer

evamente ese líquido que co

ba sucedi

d será mía,

irón en mis brazos mientras todo

amente tomé una postura de embrión mien

pisoteada, ultrajada, y cayendo a este abismo si

nto que lloré, decidí levantarme haciendo un gesto

a cabeza y, tenía una ampolleta e

luego apreté mi cuello obs

mis manos, pero estaba segura de que afuer

puerta se abrió y esa mujer que era la sierva

ido por

os hacia at

bañarte y buscaremos un h

sin responder a nada mientras e

as a servir al amo y no quieres, únicamente s

rieron ante su

nde voy a bañ

a n

... iremos a otra habitación y te preparamos. Debes descansar y... -to

caminar tomándome del brazo, y antes de salir de esta oscura habi

*

cesitarás estar sal

í mientras Henna, como se llamaba esa mujer, se

ras y comencé a ma

a una bata de dormir sobre mi cuerpo, pero debid

de nuevo mientras la ira go

maquinar si mi hermano estuviera vivo y en toda la gente

esta vida, ni tampoco permit

é un vestido allí, y... -Henna se detuvo cuando alcé mi mir

tación y dándome una últi

nspeccionar la habitación. Había una ventana con barrotes, pero esta sol

n comer todo lo que pudiera, sin embargo

mi muñeca queriendo arrancarme esa piel

ja que dejaron antes de que yo me despertara. En cuanto me detuve en un reflejó de br

esentable, no quer

lo, porque las mujeres aquí no solí

solo acomodé mi vestido antes de que Hen

envié una mirada amarga

o en mi cintura y luego me gi

velo para mi

gusta esto. Las mujeres en este palacio deb

é de g

¡Solo hago esto porque...! -me frené en seco.

r mi propia vida, y por lo que ya conocía, este hombre no quería sino humillarme hasta el cansancio. No

i dolor, y quizás esta era la única cau

me a su voluntad y ver mi s

go a su servicio, y cuanto esto

el pensamiento y lue

en la otra... nunca pierdas la esperanza... tú, Hadassa,

ranz

a mí después de esto? ¿Habr

os fuera de la habitación, noté que cuatro hombres resguardaban la zona. Ellos nos

té bajo hacia Henna y el

donde el amo e

debo h

es a los hombres que esperar

cosa... no debes hablar, ni mirarlo a la cara... habrá gente

o era irracional. Quería refutarle

minar de nuevo, y yo pude notar a preci

orme cabeza de bronce, que estaba en todo el centro de un enorme esp

y luego vas a decir: "con su permi

aba fija en mis acciones, y girándo

o era mi amo, y yo solo tenía delante de mí los latidos que

sus pies, y en cuanto tuviera la oportunid

bjetivo de ahor