Domesticando a León
Hern
ar ya que desde hace cinco años estamos juntos en este negocio, aunque se muy bien que él puede sólo con todo el paquete. También quiero pedirle que de vez en cuando s
e me parte en dos de sólo pensar que tendré que separarme de ella. Me sacudo el cabello con fuerza. Pero tengo que irme, estoy decidido a que el día que venga por mi familia también vendré por ella. Ella es la mujer que quiero para mí, de eso no tengo duda. Me siento de nuevo sobre la cama ahora que he aclarado un poco mis pensamientos. Miro en dirección a la fotografía sobre la mesita que separa mi cama de la de mi hermano, él y yo dormimos en la misma habitación. Tomo la fotografía entre mis manos, respiro conteniendo la nostalgia que llena mi pecho de los recuerdos que embargan mi mente. Acaricio con los dedos de mi mano la silueta de mi padre, ese señor que me acepto como su hijo, que me quiso como uno y que me enseño todo lo que sé sobre mecánica. Él era trailero, el papá de mi hermano paquito. Murió cuando yo tenía unos diecinueve años, muchas cosas no las recuerdo, pero lo que si es que él siempre estaba de viaje, amaba la carretera, decía que conducir era una de la
oz tierna, desde que tengo uso de razón siempre me ha llamado así
or un tiempo, nunca he salido de San Juan
enta a un lado mío recarga
re, siempre se las arreglo para sacarte adelante por sus medios, pero yo bien sospechaba que algún
amá con los gastos de la casa, que la cuidará como ella merecía, hasta que mi padrastro apareció y fue uno de los momentos más felices de mi vida. Pero no nos duró mucho tiempo puesto que él fallec
o que ese señor Eugenio Mendoza me dejó, vendré por ustedes, voy a buscar al mejor doctor para q
baja un po
to falleció, tu tomaste el papel del hombre de la casa, hasta dejaste la escuela para trabajar y ayudar con los gastos, era algo que no te correspondía por que eras muy pequeño, como me parti
mi abuela, tomando sus
la piel de una mujer que ha tenido una vida dura, pero que espero pronto toda nuestra vida pueda cambiar para bien. Me pongo de pie, le pido a mi abuela que vayamos a la sala donde esta mi mamá con mi hermano Paquito. Ella le esta dando de cenar por que acaba de llegar de la escuela, él tiene apenas ocho años. Nos sentamos a la mesa