Serendipia
y el reflejo que provocaba entorpecía la visión. Intentó entonces sin flash, pero era de noche, y la luz de las lámparas de su casa no parecían suficiente. Optó, entonces, por hacerlo con su teléf
y como había imaginado, la persona al otro lado de la línea ya no estaba. Envió la fot
Melissa y Samuel qui
mandado a hacer miles de correcciones y ahora, después de haberlas hecho todas, lo notaba poco convencido. La pintura era de de una chica en su vestido de quince años, la imagen requería mucho detalle, y le había dolido
dó muy bonito -Melissa seguía tratando de levantarle el á
ribió y salió de la aplicación, pero al instante le llegó otro
rdad quedó muy bonito, pero es que se ve muy realista, y para tener una pintur
rse de la cama, tomar el cuadro de la quince
unto a la cama. Pensó en que tal vez podría sacar un préstamo, pero desechó la idea de inmediato, lo último que quería era endeudarse más. Escuchó que llegaron varios mensajes, pero los ignoró, hablaría con Melissa en la mañana cuando estuviera de mejor humor. Se desnudó, dejando hasta la última prenda bien organizada en la silla frente al espejo y se metió en la cama, que estaba fría y le arrancó un lamento. El día había sido pesado, y estaba cansado, pensó por un rato en su precaria situación económica, hasta que de tanto dar vueltas se le comenzó a entumecer el
impaciencia de la necesaria. Se
un masaje con final feliz? - contes
re siempre creía que eran amigos, aunque él tratara diario de recordarle que n
volcó los ojos y apoyó la mano en
enir que venga, que se
muel escuchó el sonido inconfundible de la aplicación
decírtelo sin que
de buen
edellín mandaron a un vándalo a pagar unas cuantas ho
o... ¿Qué tengo yo que ver con e
ue de él- La mano que estaba apoyada en el piso le tembló, y se fue de bruces al sue
- ¿por qué yo? El enc
do primo- Samuel se encogió de hombros desde
Y q
ecía ser Maoy -Axel podría agregar horas
uso de pie y se recostó de nuevo en la cama mienta
es un chico de ciudad, un culicagado que ha vivido en completa l
ces eso, acas
daba por ahí, ignorando el toque de queda, y golpeó a Benjamí
egger de Florencia? -Maoy permaneció en silencio -¿y eso qu
er las reglas y hacer lo que se les da la gana. Que tenga que cumplir las horas c
trabajar con los niños es tan m
sí. ¿Ya te he dicho que odio a los pandilleros? P
de la cárcel? - había genuina curiosidad en la preg
a alguien - Samuel vivía en Florencia, y sabía que no debía hacer demasiadas preguntas, pero sin
? Está bien, llevaré
spedirse, había aceptado sólo por quitarse de encima a Maoy, pero igual, c
calor, y cuando se durmió, soñó con los tiempos oscuros, con gritos hiriente, lágrimas mescladas c