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La mujer del teatro

Capítulo 3 3

Palabras:1190    |    Actualizado en: 17/05/2022

siempre. Guido se abraza a su madre, llorando y gimiendo. El padre abraza a su hijo. No pue

a enfermera quiere revivir a la mujer, sin embargo, el doctor

ó el doctor-. Vamos, dej

ra, se para frente al doc

ta el último minuto para sa

, coloca sus manos sobre los homb

esposo. ¿Qué sacaba yo con echarlos de allí y torturar más el cuerpo de es

echo todo lo

riera en medio de tratamientos médicos

mira con los o

o podemos olvidarnos que somos seres

ento,

a vida comprada y con tu capa de superhéroe puedes salvarlos a todos, pero no es

que presencio -admite

se hubiera podido despedir. Eso es un fracaso. Ella murió e

nfermera se llen

muerte es la que más duele. Aunque nunca te

ernal. Esa joven podría ser su hija. La empuja con sua

en del box y el doct

sulta con

s asienten c

o mucho,

e nos despidiéramos d

en tus futuro

siquiera pude reaccionar co

es uno de mis mejores alumnos, ya

pero yo debía

ción artificial y

í su corazón? -pr

omperle el corazón. Deja de torturarte, no fue tu culpa, esto era algo

padre-. Hay trámites que h

o y no tenga que pasar la noche en la morgue,

doctor -

e siente en condiciones de hacer algo más. A media tarde ya está instalada en la capilla mortuoria de una iglesia cercana. Erick mira a su hijo que no deja de contemplar a su madre en

re de Rebeca, se acerca

lgo, no te hace bien esta

o más que él, ningún padre está preparado para la muerte

qué tenía qu

ra una mujer sana, joven, no debió mo

miliar, pero no recuerda de qué o de dónde, aunque claro, su cabeza ahora

mucho -di

saber por qué. La abuela carraspea y los dos jóvenes se suel

s?-cuestiona

ontesta la muchach

No

línica esta mañana, m

ue le pidió que esperara, a la que regañó por no darle explicacione

venir -expresa

algo con lo que se lidia a diario en los hospital

o cont

umbra uno -replica la abu

o mismo. Tal vez me acostumbre m

-consulta Guido-. Í

ar -contesta con u

ponde él devolviéndo

hace falta un café,

ija, po

e una paciente, el brillo en su mirada al observar a su nieto, no la engaña. Esa muchacha se siente atr

e que ella no conoce toda la historia, la parte que conoce, dejaría muy mal a su hijo y este no es el momento. Guido nunca debía saberlo. Esa había sido la

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