Electus I
portador de la muerte. No tenÃa idea de que significaba aquello, pero solo pensar en eso hacÃa que cada partÃcula de su cuerpo se
a a que su padre actuará asà siempre que la creÃa en peligro, sin duda
era su cumpleaños y ni siquiera ese dÃa po
abrÃa la puerta para salir del auto,
o pudo evitar pregu
Ãan flores de todos los colores y de diversos tipos, un imponente castil
algo siniestro, era evidente que en mucho tiempo nadie se habÃa
inaron hasta la puerta y ella registraba todo en su mente, como era posible que el lugar se viera tan desgast
haber jurado que aquello la miraba con esos ojos rocosos y siniestros. Alejó esos pensamien
etalle de los tres, tragó e hizo todo lo posible para ocultar su nerviosismo. De un golpe se cerró la rend
o -no pudo
ijo su padre
a justo como lo imaginó, todo de madera y habÃa partÃculas de polvo e
aba en ella. Subieron y su padre puso su mano sobre la única puerta que habÃa en la segunda planta, esta brilló de manera mágica como si lo reconociera un
mosas alas blancas, sÃmbolo que reconoció al instante. Aquella puerta los habÃa guiado a lo que reconoció como un refugio de ángele
ostro, como todo ángel era extremadamente hermoso, su cabello rojizo estaba peinado hacia atrás, de rostro refinado, alto,
varan años sin verse y verdade
r recibirno
servaba la escena sin entender nada -. Supongo que tú eres Mia -ella solo se limitó a asentir, la observó por unos minuto
ansados los llevaré
acomódalas y mantenlas seguras h
aziel? Es en serio -dij
un beso en la frente, miró a la trigueña que observaba la e
n con su mano señalando las escale
edor, algunos tenÃan sus alas blancas y brillantes visibles, eran iguales a las de su p
escansar -El hombre del que aún no sabÃa el nombre la miró -. Eres igual a tu madre -Pudo notar una
en el centro, todo a su alrededor era lujoso, pero no esperaba menos de esos se
ebo esperar por mi padre?
la cama a su lado se hundió, supo ahà q
Abrió sus ojos y su mirada se
l hablar de esto, llevaba años lejos de su familia, con una misión que le fue dada el mismo dÃa del nacimiento de Mia -. Tú me has conocido como tu niñera M
ue hayas sido tantas personas todas tan diferentes las una de las otras, no entiendo quiero que me expliques todo y
car -Alzó una de sus cejas y Mia hizo
abilidades una de ell
porque he visto cosas inexpli
sión tuya hacer el bien o el mal. Tú eliges tu destino y yo no puedo influir en él puedo ayudarte siempre que l
da más las palabras se queda
istro de alguien igual a ti, eres una raza nueva y diferente, desconocida para todos yo no puedo contarte nada m
n es m
que necesitas saber so
o te acercaste a mà porque era tu deber. No quiero que te me
s tus secretos he fingido para estar cerca de ti, si no fueras i
es lo que pienso -d
e una misión -. Aquellas palabras le llegaron al corazón pero estaba tan molesta que estaba cegada y no querÃa saber nada de ella, la atravesó con la mirada y se dejó caer sobre la almohada, cerró s
te contaré lo que quieras saber -sin más Neahm
ido, habÃa sido un dÃa sumamente extraño. Su padre la habÃa dejado ahà s
rpados comenzaron a pes
soy re
o despertara se encargarÃa de enfrentar su rea