Mi Alpha Protector (II libro)
lear?! -grité
detuvo y vo
e con burla total-. ¡Pueden venir todos los que están aquí! Les
nto a la primera, observándo
r?! -concluí con un
ó de entre las sombras
ir tan pronto, alteza
dos y ojos tan rojos como la sangre. Al reconocerlo, mi
n ironía mientras avanzaba lentamente hacia ellos-. ¡Y
o fuera la cosa má
ada retadora-. No se los pondré tan fácil. Aún
mí. Sentí el impacto de su palma en mi pecho antes de que mi cuerpo sal
lo para frenar mi retroceso. No podía permitir que los de
r de debilitarme, sentí un calor extraño
os cuatro emergían de las sombras
na leve r
con usted antes que ella, s
orrió hacia mí, se
o me
onrisa ladeada, es
pelea todo comenzab
o estaba disp
tanto e
lgo que nunca ant
fami
arme el lujo
oyándome con mis manos, impulsándome al aire. Hice una voltereta y caí de pie a unos metros de ellos. Agradecía mi
Aunque tienen una ventaja... yo aún tengo
azo, lo jalé hacia abajo, haciéndolo girar en el aire, y lo estampé de espaldas contra el suelo. Sin perder tiempo, giré mis pier
lo. Luego, con un movimiento certero, enrosqué mis piernas alrededor de
d en combate, majestad! -exclamó Micch
evo contra mí, acompañ
olpes de Micch mientras lanzaba ataques a los demás. Necesitaba de
pero me agaché, metí un codazo en su estómago y lo
vampiro en el suelo y, justo cuando Micch estuvo lo suficientemente cerca, giré sobre mi eje y le a
h, lo sujeté de los hombros, me impulsé con ellos y
sde que maté al primero, una sonrisa se dibujó en mi rostro. Una que significa
el cuerpo del otro. Me alejé un poco sin darme c
esafié con una sonr
a de su cinturón, algo que no había notado. La afilada
e un falso puchero mient
la punta de la daga que
n voz fría, sin perder la
ltó, la tomé al vuelo y deslicé su filo por su garganta
extraños, pero jamás les había prestado demasiad
ancé la daga al pecho del último que quedaba. El herido murió lentamente desangrado, mientras
izaba y, sin expresión alg
le! -cele
é fija
Teresa entró tan fácilmente al cast
una pequeña s
ndo de la casa con un corte
baja al recor
vidado eso -susur
ó y corrió
nses, maldito i
bre su espalda, estrellando
estúpida que confiaba en cualquier basura que se le cruzara en frente -escupí con odio,
ia. Pero en un rápido movimiento, Mi
me puse entre ellos, bloq
y nadie se interpondrá... -
vez fue mi guardia real, alguien en quien ha
ro solo me demostraba que
mis
n Lu
en mí
olo tambalearse. Aproveché la oportunidad y le propin
golpearlo sin piedad. Mis ojos ardían, su rostro se c
engué al rey y a mi familia... -murmuró apenas cua
ó suspendido
uiero reencontrarme con
pecho se contr
no
su pe
la desnucé con un
cayeron d
Su sonrisa seguía pintada en su rostro, como si hubiera encontrado paz
, me puse de pie y lo
rré al cadáver de Micch a
ego me miró a mí y se acercó. Ya no quería llorar, pero no podía evitarlo. Jessica había sido
rimas seguían resbalando por mis mejillas. Bajé la vista y vi mis manos ensangrentadas; temblaron al recordar a
con mis manos man
mbre se ahogó en un
rme. Me aferré a su camisa y lloré con el recuerdo de aquella familia que una vez fue mí
ermitirme el lu
ro de lágrimas. Cuando mis ojos se encontraron con los suyos, vi su con
e con voz firme mientras avanza
ó lo que había perdido, pero tamb