Lo que nunca me esperé
interesaba acostarse con cuanta mujer se le atravesara, es más, me negaba a creerlo, tenía una visión muy diferente de él, era un hombre atento, cariñoso, dispuest
era enorme, cosa que me daba un poco de pena, yo no debía estar aquí, se notaba a kilómetros, despué
s que les gusta la promiscuidad y jugar con aquellas mujeres a las que p
solo les importaba el placer que les brindaba, al i
, pero luego recordé que él y yo solo somos amigos. – Pero
do muchísimo. – mencionó provocando que mis mejillas enrojecieran. – Tengo tantas cosas d
ré en tu habitación? – respondí nuevamente, este
eja y no ha ordenado la habitación
abía dicho era real. - ¿Dormiremos juntos en la misma cama? – agregué mirando la enorme c
da puedo decirle a mi madre que arregle otra habitación, pero se sentirá mal por eso. – agregó. Supongo que no quería eso, me t
nca he compartido la cama con nadie, menos con otro ho
rdo Á
ramente rojos con aquella tonalidad rosa que predominaba en aquella parte de su rostro, sentí la necesidad de besarla, aquel i
tiempo, no podía perder el control de mi ser, no con ella, no ahora, quería que
gunas palabras de las cuales podría ar
que sí lo es, me enamoré de ti sin siquiera conocerte, sin siquiera tocarte, pero mira, aquí me tienes, literalmente, hoy te enteraste de toda
ómo pasó o si en realidad es amor, pero es algo que no he sentido nunca y qué, además, me hace querer hablar contigo a cada segundo, saber cómo estás, cómo t
de esta manera, por qué digo lo que quiero, antes solo lo tomaba sin aviso previo, pe
mis fuerzas estar encima de ella recorriendo su cuerpo y detallando cada lugar de el, sentir su piel r
– comenté, sus mejillas se sonrojaron y aún así, me parecía l
n ese color tan peculiar, mi corazón se llenó de una sensación extraña, no entendía
emos para dormir. – mencioné sonriendo, no podía esperar a que llegara el momento de dormir juntos
dad. – Creo que eso mejor lo guardo yo. – mencionó antes de que abriera un compartimento de la maleta, supongo que era su ropa in
padre. Todos me quedaron mirando como si se tratara de una broma, la mujer de mi hermano volteó los
sabía si eso era bueno o malo, Camila estaba dudosa
ella junto a la madre de mis sobrinos y yo junto a mi padre, supongo que todos estaba
to salió el tema en el que se mencionaba de qué clase social era Camila, y esperab
a que pueda ponerse cómoda. – mencioné a todos
lgo más interesante. Acerqué mis labios a los suyos en movimientos lentos, ella había cerrado los ojos, acaricié su mejilla y sin esperar más tie
orado de ti y que no te dejaré escapar. – men
o, no pude evitar sonreír cuando sep
ndo. Ella volvió a cerrar
sto sea una equivocación o que estemos jugando uno de esos
r disiparlas. No te quiero solo para que tengamos un encuentro sexual, Camila, te quiero para que descubramos este sentimiento que es nuevo para ambos y que el des