Lo que nunca me esperé
la S
nto y menos con las calificaciones con las que lo hice. Mis amigas y yo estábamos devastadas pensando que nunca más nos íbamos a encontrar nuevamente y eso era lo más probable, tod
isma ciudad, y eso me parecía muy bien, pero yo tenía claro donde quería seguir mis especializaciones y, además,
forzarme para lograr lo que quiera en la vida y poder ayudar a mis padre
a mi familia adelante era grande, y muchas veces me abrumaba demasiado, siento que todos veían en mi a la persona que podría ayudarles, mis padres están enfermos y
más anormal que la mayoría de las veces, digo... desde hace algunos meses se ha comportado de una manera dist
y facultades serían completamente distintas, por lo que estudiaríamos
y despidiéndonos para que luego cada uno tome su lado, algunos recordando esta e
oda la ceremonia que terminaría con esta hermosa etapa que me había tocado vivir y que tam
eros a los que habían llamado previamente, incluyendo a Adrián, quien me miraba de una manera extraña, lo miré tratando de entender q
ue digo es que, desde algunos meses nuestra relación no es la misma, no hablamos más que algunas cosas, aparte de decirnos los buenos días o buenas noches, es una relación que se ha apagado mucho y no e
on lágrimas, los conocía, estaban contentos por mis logros y por ocupar siempre los primeros puestos,
esperé mi turno, bajé y llegué a mi lugar, junto a mis padres, hasta que nos llamaron para subir nuevamente al escenario. Traté de revisar el móvil, pero no pude, tenía inspectores e
nsaba yo, pero mis amigas e incluso Adrián, siempre trataban de que me viera bonita frente al espejo. Me despedí momentáneamente de mis padres y los dejé comprando las cos
ría de nosotras, en algunos minutos llegó Adrián, quien tuvo que acompañar rápidamente a su madre a la casa, se apareció con algunos de sus amigo
iéndose a un lado para que lo siguiera, dudé alguno
s estaban viendo, lo seguí hasta una esquina de la plaza, lo suf
aunque el tono que usó al final de la oración era un poco cargado
ala gana, supongo que en el fondo lo seguía queriendo, aunque fuera un poquito, pero ante los ojos de la socied
o había ducho, pero no fue así, él sabía perfectamente lo que estaba diciendo. – Estoy seguro de que hay muchos otros que se morirían por estar contigo. – agregó sonriendo y bajan
de esta manera, de verdad me hubiera esperado cualquier cosa, excepto esto, es que no me cabía en la cabeza cómo había pa
como hombre, si es que ese era el concepto que podía utilizar. – Y creo que ahora es esa la manera en la que me estás viendo, y no cómo el hombre que podría hacerte feliz, Camila, conozco todos tus mied
de quien se trataba porque, por lo general, a estas horas, Julián seguía muy ocupado. Decidí revisar el teléfono de to
bía escuchado o hablado con él antes, además que en la sección de amigos comunes
e algo se calaba por mis huesos, sol