Lo que nunca me esperé

ejaba ver a un chico bastante atractivo, pero ni siquiera sabía si era r

o medio preocupado, supongo que era porque tanto él como yo, sabíamos que mi supuesto novi

riosidad por qué, en primer lugar, no tenía idea de quién era

dome de mis pensamientos. – Estabas sonriend

e que estaba sonriendo, pero ese no era el punto, no tení

qué se me hacía difícil responderle, será por la confesión que me había

n esperar a que me creyera, au

onriendo cómo si de

fono comenzó a vibrar nuevamente, seguramente era ese tal

ue quería, por otra parte, se acercaron mis amigas para que pudiéramos despedi

qué tan cómodo sería ahora que me había hecho esa confesión de que me veía cómo algo

de todas formas los abracé. Nuestras vidas darían un giro de ciento ochenta grados, pero no me importaba,

realidad me gusta de lado. Mi mente iba y venía, pero no quería que nadie lo notara. Me apar

Leonardo, supongo que seguiría hablando con él,

– respondió casi al instant

si hacía bien en responder sus mensajes o no, debido

uevamente a mi grupo de amigas, sonreí con ellas cómo si nada hubiera pasado, Adrián se había ido hace algún tiempo, esperaba que no

i rumbo al lugar donde me esperaban mis padres, sonreí de la nada cuando volví a checar

e me había hecho, decidí responder, no pe

ue irme ya a mi casa”. – respondí a sus mensajes, no sabía si iba a respo

me llevé mal con nadie, solo que prefería estar con mis amigos, con las personas que tenía

a vida me ha enseñado de una u otra forma que si te pilla volando bajo te golpea donde más te duele y no quiero seguir sufr

no y pregunté por ellos, siempre comíamos ahí, así que era fácil que nos reconocieran, como ya lo sospechaba

porqué me intrigaba tanto Leonardo, no lo conozco, ni siquiera me lo he topado,

a tus amigos atrás, pero ahora deberías pen

ndo que llegue la fecha de la matricula, supongo”. – resp

pondió. Me pareció interesante, aunque no era mi estilo, o eso suponía, de hecho, ni siquiera estaba muy segur

– “¿Es muy complicado?”.

e gusta, así que lo aprendo por pasión, supongo”. – mencionó. Qué ti

arrera, en este caso, pero cuando la ejercemos o la estudiamos, es todo lo contrario a lo qu

ra aquello, así qué el que no elije bien es porque no inv

a entender que me rendí

es y el típico “Jajaja”. Sonreí por su respuesta, no sabía que hacer con est

endo, mis padres me miraban, quien sabe que estaban pens

estro hogar, donde me esperaban mi hermana pequeña y obvio, mi insoportable hermana mayor, ella ya había pasado por esto, pero a diferencia de mí, decidió

rdo Á

cionó, quería saber más de ella, conocerla y hacerla sentir bien conmigo, supongo que sería la próxima víctima de este pecho, s

a clases y no sé si llevaría mi móvil encendido conmigo, tal

r mi rol de alumno intachable, así a los profesores y, en especial a mi padre, no le importará lo que haga e

onto me di cuenta de quien se trataba, Agustín, el hombre al que