Una Mafia con Amor
da en
! Ai'
tás bien? ¿E
arse conmigo, gracias por preguntar. Voy bajando para ir a la escuela y
r que me tienes, e
iscúlpame con tu novio,
¿estás b
no. ¿Por qu
serio, ¿se limitaron a intercambiar nombres s
o? Bueno, no recuerdo haberle dic
ertas del elevador y Tul estaba f
mir poco, y no te estás lamentando por lo que hiciste.– Le agarró por los hombros y le sacudió. Casi sacá
bécil. Me dejaste en manos de un desconocido
. No soy tu m
garé tarde por tu culpa.– Dijo Prem sal
tán los amigos.– Reclamó
te qu
lón de la u
junto a Max en espera d
ónde est
no nos vemos. ¿Estás bi
sea. ¿D
orriendo. Se sienta en u
siempre.– Dice Boun
lase. Relájate, vas a llegar a cua
vantando una ceja. En ese momento llega el p
Perth. Los tres solo ríen
spaldas aterrorizando a todos en la escuela, más aún... su padre lo estaba convenciendo, amenzando, para aceptar un asistente las veinticuatro horas o nuevamente a sus hombres.
a casa, se encierra en su habitació
especie de mayordomo de la casa. Después de que le explican su t
de cosas más.– Miró c
a palabra 'no' cuando proviene de otros. Odia la compañía que no sean sus dos amigos y hermana, y solo asiste a cenas d
ito este. Odia
hasta detenerse frente a la puerta del dormitorio. El hombre tocó y pidió permiso para
te. Los dejo solos.– El hombre
s, yo....– Fu
co que quiero saber.– Dijo mientras leí
antes de que llegaran a ser expresados. –Me llamo Prem
.– Dijo sin despegar la vista del libro
uiera se había girado a ver como lucía. Prem sí podía verlo, pero no muy bien porque estaba de lado. Notaba su mojado pelo oscuro que escurría gotas de agua por su cuello, observaba su delgado pero definido cuerpo a tr
en clases.– Dijo sacándolo de
respeto por tus superiores? –Dijo alto. Explotó
sin interés y sin levantar el tono de voz. –Si
reverencia. Justo antes de salir se le ocurrió una manera de molestarlo
ntener las apariencias, o ¿prefieres que todo
del niño mimado, pero Boun cerró su libro y lo lanzó a un lado, se levant
que mis negocios dependan de ti.– Dijo rozando sus narizes, lamió su propio labio inferior aunque deseaba que fuese el aj
s segundos de silencio miraba sus profundos ojos cafés y sus rosados labios, además de su pelo húmedo en su frente. Sentía que su cara se calentaba muy rápido
la peor presentación de su vida, tenía que servir al chico que no se acordaba de él y del cual