Blake pertenece a la familia de mafiosos más influyente de su paÃs. Él, es el siguiente en la lÃnea
Paul
Claramente no conozco a nadie que se sienta bien después de saber que no fue suficiente para alguien a quien creÃas el definitivo. Mi novio de dos años me dejó. El problema es que no me dolió ni pedà intentarlo de nuevo, tampoco me hizo falta preguntar el porqué, luego de sus palabras sobre que no fui suficiente para calmar su sed ya nada más quedó por saber.
Lo raro de mi situación es que deberÃa buscar venganza con él y la chica que estaba en nuestra cama. Ella no era inocente, se acercó a mà para robarme en mi propia nariz. Que tonto fui. Tal vez deberÃa estar llorando en casa, deprimido y viendo una pelÃcula triste, de esas que hacen que el helado se vuelva deliciosamente salado, en cambio estoy buscando ahogarme en alcohol en un bar y esperando por una cita a ''ciegas''. SÃ, tengo una cita a solo unas horas de haber sido desechado. Y ni siquiera tuve que hacerme cuenta en Tinder.
Mi mejor amigo Tim me arrastró a este "Future´s Bar" con él y su pareja Max, aunque ellos ya se desaparecieron sabe Dios a dónde. Ellos planearon el dichoso encuentro con un chico del cual no conozco su cara, sólo su nombre, Blake. Estoy sumamente nervioso, nunca he tenido un encuentro sexual con alguien a quien no conozco, corro el riesgo de que me toque alguien con fetiches raros o tener que decir que no me agrada su fÃsico, o que nuestras personalidades no encajan. Sintiéndolo mucho, no tengo buen filtro verbal. Tampoco sé si estoy listo para cambiar el alcohol en la barra por sexo casual, pero no pierdo nada con intentarlo.
Estaba inmerso en mis pensamientos hasta que mi espalda se erizó cuando sentà una mirada insistente que no me daba buena espina. Era inexplicable, pero me sentà observado y tuve que averiguar por quién. Miré a todas partes en busca de esa mirada incisiva. Me saludó un hombre, en un extremo de la barra donde desfilaban las copas vacÃas de anteriores tragos. No se veÃa mal, sin embargo, no era mi estilo estar con alguien que aparentaba ser 20 años mayor que yo. Pero no, él no sabÃa eso y yo estaba a punto de dejárselo saber de la mejor manera posible. Sin preguntar se sentó a mi lado.
- ¿Puedo invitarte a un trago? –Su mirada lasciva no me gustó, se notaba que siempre conseguÃa lo que querÃa y sus ojos me dijeron que no a las buenas. Entonces, mi actitud y pensamiento cambiaron.
- ¿Qué no ves que no lo necesito? ¡Ya tengo uno, asà que piérdete!
Comenzó a acercarse descaradamente a mà y me tensé cuando agarró con fuerza mi muslo. Me separé inmediatamente, a veces rechazar a alguien es lo más difÃcil, pueden pensar que es juego. -¡¿Es que no entiende que no quiero su compañÃa?!
-Vamos, sé que estás buscando esto. No seas tÃmido. –Dijo rodeándome con sus brazos, incluso su colonia cara y empalagosa me repugnaba. Dios, lo menos que necesitaba hoy era problemas extras mientras estoy alcoholizándome.
Antes de que pudiera responder el hombre cayó al suelo. Un chico alto y muy elegante, de cabello oscuro lo lanzó de un golpe sorpresivo. El hombre sólo levantó la cabeza con su labio sangrando, mirando al chico con furia, se levantó a devolver el golpe, pero no fue capaz. Su fuerza era minúscula ante este chico misterioso de aura peligrosa. Definitivamente, no puedes hacer nada contra alguien con más poder que tú. Al menos el herido no pudo, sólo quedó en el suelo mirando hacia arriba esta vez sorprendido. El chico de pie detenido, protector delante de mÃ, tomó mi brazo delicadamente y me pegó a su espalda, se agachó para quedar a la altura del otro.
-Me conoces ¿cierto? - El hombre asintió. Yo no lo conocÃa, ni siquiera le habia visto en la tv. ¿Cómo era conocido por este bastardo acosador? -Si lo tocas de nuevo tendrás algo más que un simple golpe. Ahora sal de aquÃ, a tu familia le dolerÃa perderte y quedar en la bancarrota.
Luego de que el hombre se fue corriendo, el chico elegante, mi salvador entrometido volteó a verme. Gracias a que estaba bajo una luz, pude ver su rostro mejor. ¡Oh Dios! Su piel era pálida, parecÃa que podÃa quedar marcado sólo de tocarlo y me pasó por la mente querer enterrar mis uñas en su espalda para probar mi teorÃa. TenÃa labios finos y rosados, esos ojos tan profundos color café me hicieron perderme en su mirada hasta que me regaló una sonrisa, la cual me pareció lo más hermoso de la noche. Sacudió un poco su cabello con sus delgadas manos y habló.
- ¿Te hizo algo? ¿Te tocó en otro lugar? –Se acercó con pasos cortos y decididos a mÃ. Su aroma era completamente diferente al otro tipo, era celestial y atrayente.
-N... no- ¡Rayos! ¿Se me trabó la lengua? -Estoy bien, gracias.
-Bueno, como dueño de este lugar debo invitarte a la zona VIP, digamos que para compensar el daño.
-Gracias, pero voy a negarme. –No querÃa, es más, estaba a nada de tomar el impulso e ir, pero crei que mi mala noche no debÃa empeorar por causa de otro hombre.
-Tranquilo gatito, no es ningún sótano oscuro y no te invitaré a ninguna bebida si no quieres. Sólo acompáñame, puedes ponerte cómodo mientras tomas algo. –Se dio la vuelta para caminar hacia el lugar que dijo. Aunque estaba dudoso, lo seguà porque... Espera ¿me llamó gatito?
Alejados de las mesas comunes nos sentamos en unos muebles lujosos con una mesa redonda, algunas botellas y copas encima. Se sentó y comenzó a beber ignorándome por completo. O dándome mi espacio, lo que sea que fuere, no lo querÃa asÃ. Pocos minutos después vi que me buscaba inconscientemente, eso sà me gustaba, querÃa más de su atención. No voy a negar que su tranquilidad mientras bebÃa en silencio, su constante mirada en mà y su continúa pasada de lengua para humedecer sus labios, sumándole su pÃcara y sensual sonrisa, me ponÃan más nervioso que incómodo. Me vi anhelando cosas sucias.
Después de comernos con la vista y unos tragos más, busqué saciar mi curiosidad, él estaba sólo asà que pensé que llegarÃan sus amigos en un rato, pero no sucedió. - ¿Dónde están tus amigos?
-Nunca dije que los tuviera, no aquà al menos. –Y, otra vez, antes de responder me interrumpieron. ¡Demonios!
Una chica con un vestido corto pero caro y brillante se sentó a su lado, supuse que para seducirlo ya que sus manos bajaron a la pretina de su pantalón con un movimiento sutil, su mirada desesperada por captar cualquier indicio de permiso a proseguir me pareció mi reflejo. Sin embargo, no me gustó su robo de atención. Algo en mà necesitaba de él.
Mi mente no estaba bien. Acababa de conocer a este chico y ya querÃa todo de él. Esa noche sentà esa magia en un intercambio de miradas hechizante. Estuve recorriendo cada parte de su iris, llenándome de su perfume y desvistiéndole con la mirada. Lo bueno de todo, el sentimiento parecÃa ser mutuo. El chico desconocido no me miraba, me devoraba a cada paso del tiempo, le vi centrarse en la nuez de mi cuello cada que bajaba mi bebida. Todo acompañado de su mojada de labios.
Pero de pronto estaba esta chica coqueta acaparando su deseo. Pensé que iba a ser desechado por segunda vez en una noche, pero no. Él la alejó con tana sutileza en su rostro como en sus palabras graves.
- ¡Piérdete! Jamás vuelvas a interrumpirme a menos que valores tan poco tu vida. El susto que vi en la mirada de aquella joven me estremeció. También sentà ganas de hacer lo mismo que ella, correr lejos, pero algo más fuerte me hizo pensarlo mejor. Su sonrisa mientras volteaba a verme. ¿Cómo podÃa cambiar tan rápido? -Lo siento. ¿Qué me decÃas?
-Mmm... nada. - Y bueno, hasta ahà recuerdo lo que sucedió en el bar. No sé por qué salió la siguiente frase de su boca, pero recuerdo que dijo: ´´... déjame tener la amabilidad de complacerte´´.
Luego de eso la filmación en mi mente se detuvo y, cuando volvà a la realidad, ya estaba siendo arrojado a la cama de alguna habitación de hotel mientras el chico elegante devoraba mi boca. Me vi fácil como un adolescente de quince, pero algo en él no me dejaba negarme. Estaba en el cielo con su lengua en mi boca, dejando rastros por donde pasaba. No entendà qué me ocurrÃa, mi piel ardió tanto que pronto quité mi ropa y él siguió mi juego. Sus manos recorrieron todo mi cuerpo y dejaron besos húmedos en mi torso. No pude evitar gemir una y otra vez cada vez que se entretenÃa con cuerpo, apretó, succionó y dejó marcas de mordidas.
Por alguna razón, mantuve mis ojos cerrados la mayor parte del tiempo, sentà cada beso que dejó y cada cosa que me hizo me llevó a parecer un malvadisco esponjoso en una cama. Aunque uno muy satisfecho. Creà que me desmayarÃa cuando noté que la noche recién comenzaba para ambos, era como una máquina inagotable que se repetÃa con más brusquedad y deseo. Dominaba todas mis fuerzas y voluntad sin emitir palabras.
Algunas lágrimas se escaparon de mis ojos por el impacto, pero otra vez, me consumÃa la duda de porqué mi cuerpo lo necesitaba tanto y porqué estaba perdiendo el control sobre mis emociones. Él aumentaba el vaivén de su cuerpo sobre el mÃo cuando halló una zona en mà que ni yo sabÃa que existÃa, me hizo soltar un vergonzoso grito que intenté callar con mi mano mientras veÃa su sonrisa de arrogante.
Pensé que todo terminarÃa ahÃ, pero una vez más, nuestro deseo pareció ser insaciable esa noche ya que unas pocas horas después despertó repartiendo besos en mi cuello, era señal de que todo empezarÃa. Y no interesaba si cada vez con más fuerza me atraÃa a ese infierno en sus brazos, no importó esas emociones indescriptibles que causó en mÃ, repetidamente caà en su juego gustoso y expectante.
«Notas de la autora»
*El bar mencionado no es tomado un lugar existente sino una invención. Cualquier relación con la realidad es solo coincidencia.