El hombre de oro
ala intención. Yo, ni siquiera sabía dónde estaba. Ya no recordaba lo que pasó, cómo es que
¿Qué debo hacer?", me preguntaba. ¿Acaso siempre debo estar corriendo?, sin saber a dónde ir; sin conocer siquiera quién soy; si. Yo te ayudaré". Pero, lo único que querían, era utilizar de mí. Siempre se aprovechaban de mí y, llegó hasta a tal punto, en el que ya
era agradable aunque, a la vez, me dolía. Quería saber qué era ésto que sentía, crecía más y más, pero de pronto se detuvo, como si hubiera algo tan frío o estuviera siend