Más que amantes (eso éramos)
en aquella pequeña, pero ostentosa reunión
en aquella urbanización. Vivo a pocos metros de su
si me han dicho, 7:00pm, allí estaré sin falta. No sé si virtud o defecto. Uno de mis colegas sue
costumbré desde muy joven,
la mayoría de los adolescentes. Alicia entretanto termina dentro, en la cocina, detalles de la comida y los pasapalos. Quizás pudiera entrar y ayudarla. La verdad, es que soy un poc
ue yo, viene con sus dos niños. Una niña de tal vez
rdial. A los pocos minutos, inicia una conversación trivial. Me
me me muestra una foto de su hermana mayor y me cuenta que, se
versación. Ella es comadre de Alicia, así que todos los
o dejaste castigado en casa?– comenta uno de los
iene en camino. Estab
o puede una mujer someter a un hombre a tal
erto tiempo, mejor dicho, cada corto tiempo, una cerveza. Con unas cerv
ojos verdes y gran sonrisa. Todos los sal
és, corren a su encuentro y lo abrazan con extrema confianza, por lo que deduzco de
la vecina de
. Mientras extiende su
tes sentí aquella sensación de estremecimiento en mi interior, como en aquel momento que su man
y Ángel–dice m
rave y a la
mi sospecha de que él, es el homb
los, beben y ahora es él, el encargado de
Él me toma por la cintura y comenzamos a bailar. A cada giro que damos, mi mirada se encu
sta vez soy yo, quien desliza los dedos por los suyos. Necesito saber el porqué de esa
allá de los límites de mi racionalidad. Sé que le atraigo, no deja de mirarme c
dedos, cuando me entrega alguna cerveza. Como siempre ocurre, cuando más q
edamos él y sus hijos, quienes ya están algo cansados, Bianca, Luis, mi hija
como que no q
trabajar y los niños tie
los lleva. Y el compadre s
ar?–pregunta el
vemos mañana
piden. Suben al au
yuda a Alejandra a recoger algunas cosas y Alicia se
s ins
re, no se
nca. Además es tarde– responde
a despedirme. Al fin y al cabo, ya él se había ido; se notab
otra conmigo–
ambién debo trabaj
sí que comienza a explicarme sobre los ciclos lunares y los estados emocionale
n Ángel. Siento aún la suavidad de sus manos y su voz resonando en mi cabeza com
ma, mientras me desvisto e imagino sus dedos deslizarse por mi piel . Suspiro y
ador. Katrina tiene el día libre.
me seco con la toalla; abro el ropero y descuelgo un jeans y suéter marrón, me alisto. Voy hasta la cocina y preparo un café bien tinto para termina