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¿Quién es quién?

Capítulo 5 El recibimiento

Palabras:1080    |    Actualizado en: 25/10/2021

5. El rec

co y con altas techumbres de zinc color ladrillo, todas pertenecientes al mismo clan. Las casas, montadas sobre pilotes, se disponían de manera que tres de ellas daban el frente a la costa arenosa y otras tres hacia una calle lateral, creando un patio común pletórico de palmeras y cocoteros de playa y frondosos arbustos de uva caleta. En medio del patio, como tentación visual refrescante destacaba una piscina mediana en forma de óvalo, con hileras de sombrillas a ambos lados. Todo el terreno en torno a las cons

e que repartir besos y abrazos a todo el comité de recepción, unos treinta parientes, entre niños, jóvenes y ancianos. Admito que me resultó embarazoso tanto agasajo. Pero en los días subsiguientes m

es de la residencia principal, al lado de la alberca que ya describí. De todos los presentes, sin embargo y según me explicaron, al menos la mitad no habitaban en el lugar, sino que h

a como una modelo de Tropicana y otra hermana menor, Nancy, de doce, que asistía al colegio. La abuela Etsabel además tenía una hija y un hijo, Sonya y Basegat. Sonya era joven y tenía un par de varones gemelos de cinco años. Basegat y su esposa Greene también tenían un pequeñín de dos años. Todos ellos ostentaban orgullosos el apellido Qwindong y se alegraban de verlo acrecido con mi llegada. Los Qwindong militaban la fe cristiana en una congregación ep

Cuba y sobre mi trabajo de abogado, o ya disertaban sobre la situación del país en general. Descubrí pronto que tenían una idea muy sublimada de lo que era Cuba y sus interiorid

nsura dejaba fuera y ocultos en la oscuridad los verdaderos problemas de la nación. Pero no estaba yo allí para emborronarles ese cuadro ideal. No intenté rebatir sus conclusiones, detenidas en

ando el bisabuelo Philip, sentado en su poltrona cerca de mí, se perc

sino que sale de sus salarios y pensiones recortados y devaluados hasta lo insignificante. También reciben educación gratis, pero al costo de volverse ignorantes, ya que no se estudia en Cuba para ensanchar los ámbitos del pensamiento o la capacidad de pensa

eciación. Como por milagro, sus palabras pusieron fin a cualquier duda y cesaron las pre

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