Isabella aprendió que la vida no era como en los cuentos de hadas, que la vida no era color rosa. Sin embargo, nadie escapa de las «garras» del amor e Isabella no fue la excepción. Se enamoró y sufrió y, cuando creyó que podría darle una segunda oportunidad al amor, volvió a sufrir. Un engaño. Un desamor. Un corazón roto. Un corazón gélido. A veces los designios del destino son... caprichosos. Un accidente. Un sueño. Un chico. ↔↔ Valentín se propuso ser alguien diferente cuando sufrió, en más de una ocasión, por amor. Decidió dejar de ser el chico gentil, amable, romántico y cursi. Se propuso ser de esos chicos celosos, egoístas y posesivos con tal de no sufrir nuevamente por amor. Valentín creyó que podría lograrlo hasta que conoce a una chica que pondrá en tela de juicio sus decisiones. Valentín tendrá que luchar, tendrá que demostrar que sus sentimientos son sinceros y, quizá, consiga conquistar el corazón gélido de esa chica. *********** Obra registrada en Safe Creative. No se permite la copia total o parcial. Todos los derechos reservados.
Samara ha vivido toda su vida tratando de no ser una carga, desde que se enteró que era adoptada y ser el orgullo de su padre así que, siempre sobresalió en sus estudios. Su madrastra al principio no la apreciaba, pero cuando descubrió lo especial y poderosa que era Samara como bruja empezó a traela mejor pues ella también era una. Un día de la nada su padre decidió volver a su país natal con ella, con el pasar de los años después descubrió que era una loba. Sebastián, el rey alfa, después de la muerte de su padre cambió, se volvió frío y distante y también un completo idiota. Tomó el control de su manada a los 18 años y había buscado a su pareja por más de 7 años. Eso lo llevó a sacar conclusiones equivocadas y por ende, decidió buscar una luna fuerte para su manada. Cuando todo fluía bien en la vida de ambos, pero se encontraron en sircustancias desfavorables. Pues Samara a penas se enteraba que era mitad loba también , y no sabía nada de ellos, y Sebastián creía que ella era una enemiga humana.
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Dos años después de su boda, Ximena perdió el conocimiento en un charco de sangre durante un parto difícil, olvidando que su exmarido se iba a casar con otra persona ese día. "Nos vamos a divorciar, pero el bebé se queda conmigo". Estas palabras resonaron en su mente. Sabía que él no estaba allí para ayudarla, sino para quitarle a su hijo. Ximena preferiría morir antes que ver a su hijo llamar madre a otra mujer. Posteriormente perdió la vida en la mesa de operaciones con dos bebés en su vientre. Pero ese no fue el final para ella... Años más tarde volvió a encontrarse con Ramon, que ha cambiado mucho. Quería quedársela para él a pesar de que ya era madre de dos hijos. Y cuando supo que ella se iba a casar de nuevo, irrumpió como un loco. "Ramon, ya morí una vez antes, así que no me importa volver a morir. Pero esta vez, quiero que muramos juntos", gritó ella, mirándolo con angustia en sus ojos. Ximena pensó que él no la amaba y estaba feliz de estar fuera de su vida. Pero lo que ella no sabía era que la noticia de su inesperada muerte le había roto el corazón. Durante mucho tiempo lloró de dolor y agonía. Siempre deseó poder retroceder en el tiempo o ver su hermoso rostro una vez más. Todo esto fue demasiado para Ximena, cuya vida estuvo llena de idas y venidas. No sabía si debía volver al lado de su exmarido o seguir adelante con su vida. ¿Cuál elegiría ella?
Nelly, una mujer exuberante y llena de carisma, ha navegado toda su vida contra la corriente de los estándares de belleza impuestos. Su figura curvilínea, lejos de ser una carga, es parte esencial de su identidad. Sin embargo, la sociedad, con sus prejuicios arraigados, la ha obligado a enfrentar constantes desafíos y sin opción, decide convertirte en una mujer rebelde usando eso como una coraza. Cuando la obligan a casarse con Adrián Cisneros, un exitoso CEO conocido por su frialdad y calculadora inteligencia, la vida de Nelly da un giro inesperado. Adrián, detrás de su fachada de hombre de negocios impasible, esconde un pasado lleno de heridas y una profunda soledad. Su matrimonio, forjado por conveniencia, se convierte en un terreno fértil para el conflicto y la incomprensión. A medida que conviven, Nelly y Adrián descubren que sus diferencias son más superficiales de lo que imaginaban. Nelly, con su optimismo innato y su capacidad para encontrar belleza en lo cotidiano, comienza a derretir el hielo que rodea a Adrián. Él, a su vez, se siente atraído por la autenticidad y la fuerza de Nelly. Juntos, deberán enfrentarse a los prejuicios de la sociedad, a las expectativas de sus familias y a sus propios miedos internos. A medida que se conocen más profundamente, ambos aprenderán a amar más allá de los estereotipos y a construir una relación basada en el respeto, la confianza y la comprensión mutua.
En su borrachera, Miranda se acercó audazmente a Leland, sólo para encontrarse con su mirada fría. La inmovilizó contra la pared y le advirtió: "No me provoques. Dudo que puedas soportarlo". Poco después, su compromiso se canceló, dejándola en la indigencia. Sin otras opciones, Miranda buscó refugio con Leland. Con el tiempo, asumió el papel de madrastra, cuidando a su hijo. Llegó a comprender que la decisión de Leland de casarse con ella no se debía solo a que ella era obediente y fácilmente controlada, sino también porque se parecía a alguien que él apreciaba. Ante la solicitud de divorcio de Miranda, Leland respondió con un abrazo desesperado y una súplica para que reconsiderara su decisión. Miranda, impasible, respondió con una sonrisa de complicidad, insinuando un cambio en su dinámica. El señor Adams, que siempre fue el controlador, ahora parecía ser el atrapado.