Skyscraper © - Parte I
Cook poseía grandes tierras en Inglaterra lo cual se entendía por qué se había animado a apostar tanto dinero. Sin embargo, había dedicado toda la mañana para seguir cada paso de Br
fortuna en todas y de ahí el por qué tenía pase libre al hotel cada vez que yo lo quisiera o necesitara. Entré a uno d
me entrar por la puerta acercarme a la barra-
las gafas de sol y dedicándole una leve so
rtivos, sudadera y tenis Nike, un chico que estuviese haciendo el ejercicio matutino de ca
echa y este asintió apartándose de la barra yendo
n supe que era alguien importante pues los nervios se le hacían notar hasta la punta de los dedos. Los espejos por encima de la barra del bar me ayudaron a ver como este salía del edificio y se detenía afuera a hablar con un hombre de traje bastante serio. Aproveché ese momento como mi oportunidad, me coloqué las gafas y me levanté de
resco. Minutos después un auto negro con los vidrios polarizados se detuvo frente al hotel justo donde ellos estaban. Agarré el celular y tomé foto a las placas, nunca era de más por si llegaba a perder el rastro. El hombre de traje con el que charlaba le indicó con un adem
e encontró con James Cook quien lo recibió con alegría y orgullo, pero aquello no bastó para que Harry dejara de estar nervioso pues fue todo lo contrario. Sus movimien
estar una hora y media estudiando el comportamiento del chico, que se hubiera encontrado con James había sido una gran ventaja pues sabría cómo sería cada una de sus reacciones frent
añana antes de dirigirme al The Mark Hotel. Guardé el Mercedes, lo cubrí con la funda y después me metí en el Audi mirando la hora. Era temprano tenía tiempo de volver a leer toda la in
ualquier cosa que me pudiera servir para yo buscar más información y saber con qué clase de persona estaba a punto de involucrarme y claro, poder verle con mis propios ojos antes de la
in preocupación alguna, no era que antes hubiera
stuvieran recordando algo que ya sabía perfectamente como hacer. Decidí pasar el día sin molestias de nadie, solo me dediqué a organizar unas cuantas cosas de la universidad pues en dos días empezaban las clases de mi último semestre. Aparte de que una parte de mi vida se dedicaba al mundo de los ricachones y apues
del edificio mientras acomodaba mi cabello oscuro con los dedos, fui al estacionamiento, encontré mi auto y subí encendiéndolo para después salir del establecimiento yendo directo al Essex House. Tarde unos ve
rme entrar a lo que yo alcé mi mano en forma de salu
tel por el detector para el acceso al ascensor. Este pitó como co
ido estar. Finalmente, las puertas se abrieron y caminé por lo largo del pasillo hasta la habitación indicada en la tarjeta. Deslicé la tarjeta y automáticamente esta la leyó confirmando el acceso permitiéndome entrar. Entré y las luces se encendieron automáticamente, cerré la puerta detrás de mí y me deshice de
hó al instante del o
de aquel lugar hacia el cristal de una de las grandes ve
r -dijeron y cor
a mirar hacia la ventana. Tres toques en la puerta me sacaron de aquel trance llevándome directamente a abrirla encontrándome con un chico con un pequeño carrito donde la botella de bourbo
do del sofá, me
a algo má
ias. Eso
e sentara un poco para que se mezclara con el hielo y después me acerqué a la ventana dando un sorbo saboreando el dulce de la bebida. Apoyé mi mano en una de las paredes que conformaban el
tras contemplaba la ciudad brillar, siendo después llevado a la jaula de tigres hambrientos, hacía un juego limpio e impecable, ganaba, me daban mi parte del dinero y entonces volvía al apartamento. Una parte de mí me decía que
ese trance, sabía que tenía acceso a la habita
ela
asos adentrarse a la habitación pa
ughan, ¿e
al bourbon. Relamí mis labios y asentí sonrie
es