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PRISIONERA DE LA BESTIA

Capítulo 3 II

Palabras:1411    |    Actualizado en: 18/06/2021

etallando cada centímetro de ella y en lo más profundo de él se estaba estallando de rabia, trist

ra asegurarse que su esp

voz tan apagada mientras abrazaba su cuer

y determinó que era una muj

ué te d

cio cuando nuevamente su mirada

taba frente a ella la miraba como nadie la había observado antes, y él tampoco llegaba a entender por qué ella le transmitía un cúmu

preguntar para ver si ella era capaz de

a bajo la mirada e inte

al mentirte?— Jo

ra darse cuenta de que el moratón d

ó sus pasos para alejarse de ese

s, por favor déjeme ir— Ella le p

n el uniforme de ella, dond

lgo si le dijera que est

ra muy atractivo, y a la vez una persona noble porque no se creía superior a nadie, siempre l

o Sr. no

a disculpa

no podía hacer como si nunca la hubiera vis

pero espero no verte más en tal estado. Recuerda que n

endo en su piel con un simple roce que tuvo con ella al sujetarla, esos labios que le hablaban mientras se refugiaba en su miedo. ¿Qué había cambiado después de un encuentro tan fugaz como el que tuvo con Joe

mo Luna y soy

compañera que p

, Luna, me

rla, volviendo a tapa

daba bien, pero no pregunto, no quis

ner amigas las cuales él no aprobaba, apenas conoció el mundo, ya que con tan

vez mientras espera de pie en la cocina a la llegada de su esposo, su cuerpo estaba agotado de ta

la voz de Andrés se

onrisa forzada mientras

haces las cosas b

i sus besos, ni las caricias e incluso cuando tenían sexo. Ella solo se dejaba usar para saciar las necesidades de

esa magia que un

estoy cansada— dij

deprisa,

se sentó junto

adre, otra vez

n manos de su esposo, pero no hacían nada por ayudarla porq

rio cuando llegue el mes

ríe al

te olvidaste todo lo que he gast

la cabeza y

a y que se pon

s que mi madr

empezó a agredir a Aina con la cacerola llena de más sopa cali

n hablaré

r y la parte de arriba de este estaban lastim

sufrimiento de su esposa y le orde

que había tirado al suelo mientras se hacía la

recer derramó café y necesita que esté listo para la próxima c

nsultorio de ese hombre el

él no estaba, Joel la saludo al

r y como ocultaba su mano lastimada. Joel no es tonto y su experiencia y el profesionalismo del que carece más la madurez que Dios le dio, pudo dete

ó su mano con delicadeza

ver cómo aguantaba tal acto, suspiró y después volvió

o?— le pidió mirá

para que él le aplica la crema c

e d

tó mirando

haciéndose

tía que ella necesitaba de él y por otra parte él también necesitaba de ella. Porque apenas durmió en la noche mientras pensaba en el

APOYO DE

te quiere. DI

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