El curioso embarazo de Joseph ©
spersarme de la cruda realidad a la que estaba inmerso. A ejercer cierto efecto en mi cuerpo, la música sonaba en un tono alto. Comenzaba arreglar la ropa que me pondría h
ica empezaba a surgir pro-yección afectu
de mi boca imita al de la cantante. Es como si
ay all my love, wha
these words, there's
verything leave me
s, we can't go b
ix me, I'm
rom love, this time
feel your tou
ll the piec
ght I'd fa
together my hea
suave compas de lado a lado, mis manos palpaban el borde de mi pantalón, presintiendo un cosquilleo en mi pecho, era soled
photographs and wa
these letters; I don't
y's, there's a
t mend me, d
con potencia mis puños, intentado (al menos), no dejar caer
to hide, I'm broken, broken, broken -termino de cantar. Sintiendo las lágrimas descendiend
a oveja psicodélica para padre. El hijo no querido. Padre en toda mi existencia me restregaba que era un engendro, que él debía haber tenido a mi hermana melliza, pues su sueño siempre fue obtener una pequeña nena y s
ero. Porque en teoría ella sal-dría antes que yo. En este tipo de partos, el sexo femenino es el primero de salir del vientre de la madre y el sexo masculino el siguiente. Para mi padre fue un golpe demasiado bajo, ya que él estaba encantado con la idea de una nena,
otipo de familia «Feli-ces para siempre» o «Hasta que la muerte los separe», no miento al decir que no se aman, por ellos se aman (o es lo que se demuestran); lo que sucede es que mi padre es demasiado frío como para demostrar sus sentimientos a cualquier perso-na, y más en
al es-cuchar la profunda voz de mi mejor amigo.
. Mierda, ya estoy comen-zado a odiar este lugar. Me tiene preocupado la idea de que padre aun
a reposa una delgada capa de seda de color blanco, junto a los lados de ella un par de mes
amigo al escuchar el nombre del hombre que me ha demos-
tenemos de nuestra estadía aquí. Luego veré que hago, con lo de... -ladeo mi cabeza y co
e planto un beso en su mejilla. Le oigo suspirar y me alejo, entro
no circule bien. Es la ley de la cual me ha tocado sobrevivir. Siempre me he identificado como un chico sereno, lo cual es anormal para mi familia, ya que ellos siempre son hiperactivos. Soy el lado opuesto a ellos, lo cual anota más puntos a fav
ar esta noche -mus
idiota hablando conmigo mismo en voz al
♦
s una blanca tostada. Porta un traje negro con una corbata de color rojo, su sonrisa es muy infecciosa. Por inercia también sonrío. Tayron, les tiende las llaves de su coche, un Audi R8. El chico que: «solo-pienso-con-la-cabeza-de-abajo» lleva puesto
obseso
én la franela de flores y un sweater de color gris, mi ostentoso tenis de color negro siempre me acompañan a donde sea que vaya. En mi mano derecha llevo mi celular, el cual sigue iluminándose por las notificaciones, mis he
moda y eventua-lidad. Algunos se pueden observar con entusiasmo, otros con miedo y el resto normal. Los porteros que tienen más aparien-cia de gorilas mantienen
os en blanco al sentir sus estúpidas miradas. Pero hay una en específico que me hace estremecer, no necesito voltear para saber de quién se trata, porque si volteo voy a saber que en e
rma vertical, dando un estilo victoriano, muy relajante. La música de fondo es una banda de Jazz que no logro identificar. Coloco mis manos sobre la mesa cuando ya estoy sentado frente a Tayron. Prontamente, un camarero se acerca entregándonos los menús. Se aleja rá-pido para
o estupefacto a mi amigo, él no es de comer comida mari-na-,
siente anotan
ti-vas de la marca que es imagen de color beige con azul claro. Su mirada la tiene puesta aun en mí, vislumbrando su profun-do odio. Mandando descargas a todo mi cuerpo. Paso saliva con dificulta al notar cómo lleva su copa de vino tinto a sus
ro, Tayron también observa el lugar donde estoy obs
digas -
lteo lentamente a observar la persona quien está interrum-piendo mi relajante hora musical. Nattasha, me ve con su pro-pia sonrisa que cualquier hombre se tiraría sobre ella y besar
-, oye que coincidencia que estén ustedes por aquí; Jules y yo vinimos a cenar ya que ninguno queríamos comida a domicilio -hace una pausa y con
os a Atlanta -Nattasha me observa sorprendida por unos breves se
para acá, y quiere conversar con nosotros -señala con su mano a
Tayron quien niega de
re hablar? -ella asien
diota
ra. Reposa su cuerpo contra la silla que resido sentado-. Realmente no sé lo qu
te al recibir un recuerdo
҉
gulloso de haber sido el único de mi clase en sacar la máxima nota del examen del profesor OcCyn; en mi manito derecha mantenía el papel con la calificación que me tenía contento toda
-zos y la abrazo fuertemente. Beso su mejilla y sonríe abie
dre. ¿Por qué? -comienza a pasar el torso de su mano
uestro la hoja de papel y ella sonríe orgullosa al
eño cerebrito! -Me ri
u padre -comento suave. Baja la cabeza y asiente. Manda una mirada s
vejecida-. Ellos se encantaran con tu die
o la fuerza necesaria para poder abrirla con tanta facilidad como los demás. La puerta emite un chirrido bajo que indica que alguien la ha abierto; paso por ella sujetando con mi calificación detrás, para que sea una sorpresa. Mantengo una sonrisa en el ros
rar, Joseph? -La dura voz de mi
ón -m
re quien me observa con discrepa
-das, tiene una taza de té en sus nudillos. Me acerco a el
ito aún. Padre me in-timida de sobr
. Camino rápido y comienzo a escalar en ellas. Los ojos de mi
sorprendida y me
é, felic
rás -coment
oma de sus manos. Mantiene sus ojos puestos en mí.
y son
ay a
que demues
abeza. Siento mis ojos húmedos, pero si lloro padre me
ante sus
.. clase -murmuro. No subo la m
Quiero que te encie-rres en tu habitac
hijo! -lucha madre. Sin querer siento
mejilla
y frio suelo con la mejilla roja a
҉
z de Nattasha me saca de mis pensamientos. Está sentada
ada fue incómoda lo único grato de aquel res-taurante fue la amena comida. Pronto de eso mi amigo y yo nos fuimos a unos de los shows en vivo donde había un acto en conmemoración al fallecido rey del pop. Luego nos regre-samos al hotel, donde
lor negro junto a unas Nike del mismo color. De igual forma, el señor «yo-pienso-con-la-cabeza-de-abajo», siempre se delimitó como astro de moda. Y yo, que solo me he mantenido con mi pijama de fi-guras de conejitos
o, y no cambiaría por los demás. Volteo a obser-var a Jules quien en este tiempo no ha comentado absoluta-mente nada, solo sigue observando el horizonte. Me levanto de la cómoda silla. Camino
s mi
pecho. Jalo de ella. De-lante de la puerta están varios hombres trajeados con edades diferentes, portan un portafolio de cuero elegante en sus ma-nos correspondidas; abogados, es lo primero que me llega a la
n entre sorprendidos y sin ninguna expresión-... tardes -ti
los hombres pasan entra padre quien me observa con su ceño fruncido. Paso saliva dificultosamente, él se encamina observando su alrededor con desprecio, ta
hubiera sido
s, quien mantiene ahora su vista
gama y más precisos además de perspicaz. Nunca ha perdido un caso, siempre sa
honcho, si no me equivoco es asesor de imagen en deportistas-. Nosotros vinimos porque lo que sucedió hace unos días, creó polé
rfectamente
n llegar? -pre
anda dagas de sus ojos hacia mí. Nattasha observa todo en silencio, lo cua
con su padre. El matrimonio fue muy sorpresivo -continua-. Ninguno hizo un contrato prenupcial, lo cual al divorciarse tra
or dónde va esto; y
al ver a padre acl
o estará en la boca de todos con este tema -expresa mordaz-. Por lo que él divorcio seria bajar mi apellido a los suelos y no quiero eso por una irresponsabilidad de parte de ustedes dos -hace una pausa y luego sigue hablando-, un divorcio costaría mi-llones al no haber contrato prenupcial
i pa-dre asiente con fastidio-, maldición -masculla
mi garganta y mi
unto. ¿Tan de
o puedo mandar a la mierda tu estúpida carrera como pelotero. Además soy el mayor inversionista de tu equipo y los dem
a, luego sonríe socarronamente
n -farfulla caminando hacia la puerta dando grand
siempre intente ser un sobreviviente más. Doy vuelta a observar desde el ven