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En las manos del presidente

Capítulo 5 5

Palabras:1875    |    Actualizado en: 06/06/2021

oche. Sintió y presintió que su amo iba a entrar por esa puerta para quitarle la poca inocencia que quedaba en su

preocupaciones de por medio. En esos días en los cuales no había recibido n

año nuevo llegó, y con eso nu

ria y Carla conversando sobre las cosas que les habí

or esa puerta — dijo, dramáticamente —. S

burló Carla, y ella la vio con una

on a meter algo, en cambio a

on de rojo carmesí y Rachel no dudó en reí

que no te quedas atrás — le golpeó el brazo —. Al menos te die

se tiñeron de rojo carmesí —. Aunque, la felicidad que me queda p

o vengan más por aquí y nos dejen en paz — acarició su

u regazo y miraron el bosque que estab

a, mirando a los hombres vestidos de neg

.. ellos están ahí y no nos han dejado de mirar por nada del

a única — concordó Carla, ac

han sido tocadas por nadie en estos días — les recordó —. No sabemos cuánto t

n nuestro país — bufó Carla —. No sé cuándo este gobier

aleria —. Eso es algo im

o el cabello de Carla —. Que todo salga como esperamos

isma forma —. Aunque, según dicen que la

s a pesar de todo

en el aire se hizo presente donde estaban. Su piel se erizó causando que sus am

ntó del piso y ayudó a Rachel

tan malo que el

ti, Carla

o? — preguntó Rache

s doce

sobre eso, fueron llevadas hacia la casa custodiadas

necesaria, ella necesitaba sentirse segura y quien mejor que Rachel o

o visible en su campo de visión, ya tenía una idea de lo que pasaba e

amo, cuando la mirada de este se posó

no te gustará la forma — dijo, tomando del ante braz

tenía con las cosas en su mente como para que ahora le salga del alma desobedecerlo —. Así

ara el viaje que haremos hacia Canadá, espero

s en el aeropuerto — dijo Leonard, incl

nos de sus brazos y la sac

a habitación que no dudo en hacer un adorable puchero, cuand

quedarse quieta esperando que este dijera algo en lo cual ella podía ay

en un susurró, ya se le hacía

lo que es mío y eso no me gusta — soltó, tomando unas bolsas

es que miraban a Rachel como si esta fuera un pedazo

zo que quedara acostada a su merced, mientras

amo? — preguntó en

cando la ropa interior con una sonrisa —. En estos d

s se pusieron rojas por las repenti

e las compré. Pero eso cambiará hoy — Rachel frunció el ceño

s del short negro que tenía tapando su desnudez y luego la

sta se puso de un tono más carmesí que de costumbre bajó sus manos. Rachel era una he

interior color violeta con un pequeño lazo en

es es

ojos en blanco —. Es tu nueva ropa interio

casa hasta que usted decidiera hacer algo

ara mi cuando lo necesite — apoyó sus manos y rodillas sobre las piernas de la omega, acercándose a

— intentó que Ian se echara para atrás en eso d

sobre sus labios —. Sacarte del

ero

e conmigo. Recuerda cuál es tu lugar, ¿Entendido? — la empujó hacia atrás cuando vio lo que q

*

be y luego nadie nos recordara — dijo Carla

ía que dejes de hacerlo será el fin del mundo —

un zape en la cabeza por ser tan mensa y en eso también —. No tenía

cruzó de brazos —. Si ellos en verdad quisieran hacerlo ya lo hubiesen

— dijo Carla —. ¿Qué

ió la mirada —. S

vió a repetir ya un poco más seri

nada, te

— murmuró Rachel, estando de acuerd

juro — sollozó —. Suéltame,

dime qué dia

llamar la atención de nues

dita omega está toc

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