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En las manos del presidente

Capítulo 3 3

Palabras:1820    |    Actualizado en: 06/06/2021

n todo el camino, sólo por no desobedecer a su amo. Las voces que

i estuvieran esperándolos. El gruñido que escuchó por parte de su nuevo a

e posibles accidentes. Su corazón latía con fuerza a medida que avanzaba por las calles. Estaba tan concentrada en a

e potente grito la hizo volver al presente

staba escuchando — murmur

s series de preguntas y estabas tan ida; que lo único que estabas pen

to, amo. No volveré

mega inservible

más razón a su nuevo amo de llamarla de esa forma. La primera vez que le dijeron de esa forma fue cuando apenas tenía cua

— rompió el silencio

ico que dijo, aun co

ienes a

egamos a ese lugar, amo — sus labi

s familia alguna cuando

alfa — jugó, con los

preguntó, con un toque de burla, y Rachel rápidam

ustamente el día de mi cumpleaños. Nadie en su sano j

joven? — la curiosidad lo estaba matando, algo dentro de él

ble como yo en la sociedad. Además, a nadie le importa tener que lidiar conmigo siendo una omega y

omega —. Eres de esas pocas especies exóticas que aún existen en el mundo — acarició su cabello y Rachel no pudo

untó, preocupada, cuando las car

traes, ahora — ordenó,

? ¿Hay alg

e la maldita

mente de su cuerpo, no porque quisiera parecer sexi, sino porque tenía mi

adie se daba cuenta. La bata cayó por sus hombros y sin poder evitarlo sus mejillas se pusieron roj

ad — dijo, como si estuviera

castigara por desobedecerlo. Sus manos temblaron por tocar al alfa por lo que al final la

ma? — se inclinó hacia el frente choc

er lo que quisiera con ella. Su respiración se volvió pesada cuando la mano der

labios, cuando su peculiar cola fue liberada de su ropa interior. Hizo puños en el

decir verdad, le daba miedo que alguien tocara su larg

— la cola en sus dedos se sentía cálida bajo

vean y tampoco que la

ejor en el asiento para observar el rostro sonro

me cortaban una parte para que aprendiera la lección. Mi hermano alfa

nito. Aguantar cada vez que le cortaban la parte más delicada de su cuerpo, sólo porque desobedecía alguna orden, era total

egado a su complejo privado de campo, por lo que decidió que ya era ho

de ese lugar lo antes posible si era necesario. La puerta a su lado izquierdo fue abierta y el fl

verdaderamente cuidado por quien sea que lo cuide. Se abrazó a

si en algún momento tenía que escapar de ese lugar. Fue jalada del brazo hacia delante y

ornaban la casa de campo el sonido de un llavero la hizo pestañe

asta que me cans

có, dándose la vuelta para tomar del saco al alfa —. Por favor, es lo único que le pido. No daré pro

ue me haga cambiar de opinión respecto a ti — pasó uno de sus brazos por la cintura de la más joven, acercándola más a él —. Si

el alfa no la arrancara de su cuerpo. No iba a dejar que el único recuerdo de

sonó baja, como si un recuerdo atormentara su mente —. Es lo único

ones —. A menos que me des razones. Ahora vamos a que con

ejaron de sostenerla. Nunca en su corta vida había dado un beso que la hiciera sentirse bien consigo misma. Las

r piso hasta que se detuvieron en una habitación que tenía

dolo sin dejar de besarla de forma única. La apretó mientras se

tes se quitó los zapatos y luego prosiguió a qu

neo de su omega, era exquisito, tenía todo lo que una dama de sociedad hubiese deseado alguna vez tener. Sus manos delinearon desde su

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