icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Mi Último Deseo: La Traición de mi Prometido

Capítulo 4 

Palabras:1022    |    Actualizado en: Hoy, a las 19:01

ista de Ji

dó rencor. Odiaba que compartiéramos un cumpleaños, un rostro, una familia. Quería ser única, ser singular en el afecto de sus padres. Odiaba compartir cualquie

ser justos. Regañaban a Karla por robar mi m

decían, con un toque de

como propio, todo cambió. De repente, ella era la heroína, el ángel frágil. Yo me convertí en la gemela egoísta y ma

acuerdo, era recibido con un fav

arla? ¿No ves que no está bien? -suspira

con la mirada, s

hermana. Ya ha pas

entar discutir con Karla, o con ellos. Sus mentes estaban decididas, su narrativa grabada en piedr

a salvarla un

ró, su rostro am

ena. Tu cirugía

médula misma de mi ser. Mi alma, ya hecha jirones y magullada, sentía que estaba a punto d

que realmente me había ido? ¿O simplemente se sentirían aliviados? Liberados de la carga de mi existenc

is padres y Alex rodeaban a Karla, un círculo protector de amor y preocupación. Federico,

mi ángel. Más f

os ojos brillantes, aca

é todos tus platillos favor

peranza, sacó un collar delicado y de aspecto caro

en Karla-. Te lo pondré yo mismo en cuant

tampoco estuviera a punto de someterme a una cirugía mayor, una que me robaría mi último órgano restante. Pensé que estaba acostum

otaron, crudas y frágiles, un susur

obrevivo? ¿Y si mue

acabaran de recordar que estaba en la habitación. Un destello

an morbosas! ¡No llames a la mal

zó una mirada d

e que Karla. Te recuperarás en poco tiempo. Incluso te cocina

un intento transparente de

prendentemente firme. Pero sus ojos, aunque llenos de una

meto. Y cuando despiertes, te co

prar mi silencio, mi vida, con baratijas y falso consuelo. Estaba aliviado

ya ido*. El pensamiento e

devoción ciega, sus miradas fijas en la que atesoraban. Luego

séptico en mi piel. Luego, el acero del bisturí, una línea ardiente a través de mi abdomen. Mi cuerpo ya comprometido, despojado de su última defensa, se dobló. El veneno, rampante

ada. Silenci

quien salvó a papá hace cinco años? ¿Que viví con sus acusaciones, su abandono, su interminable preferen

ía. No para mí.

vestigios de mi conciencia se desvanecían, *espe

Obtenga su bonus en la App

Abrir