icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Seis años de amor envenenado

Capítulo 2 

Palabras:1697    |    Actualizado en: Hoy, a las 14:32

de sorpresa cruzando su rostro antes de ser reemplazada por su calma habitual. Miró de mí a

e qué?", preguntó, su vo

la pantalla, listo para descartar la notificación

ía descartado. Era una

cado contraste con los empalagosos cariños que le

a espalda ligeramente, como pa

estoy con Natalia... Sí, sí, lo sé. Estaré all

mada, con los

n una sonrisa de discu

r. Una crisis en la ofi

a puerta, ya ponié

é tan pronto como pueda.

tamente actuado, y luego se fue, la pesada puer

r que acabas de besar, los suplementos que me estás obligando a tomar, o el hijo que estás impi

través de la ventana. Cada crujido del viejo edificio, cada sirena lejana, parecía amplificar el rugido de la trai

anté de la cama, atraída a la ventana por una curiosidad morbosa. Al otro lado de la calle, una pareja del edificio de enfrente estaba teniendo una discusión muy pública. Ella lo acusaba de

o. Jadeé, girando. Alejandro estaba detrás d

endo? Aléjate de la ventan

entana, sus movimientos rápidos y decisivos, y corrió las pesadas

do la cabeza. "La gente no tie

presión suavizándose en u

ves alterada. No debería

zando mi mejilla. "Nuestro hoga

acto, un escalofr

vista de emoción. "¿Qué crees realmen

tomado por

antable, por supuesto. Y el amor... el amor es lo que compartimos,

estaba pensando... hoy es tu cumpleaños. Quiero celebrarlo como es debi

ve golpe sonó en la puerta.

jo. Una joven. Dice que necesita

ejandro se dren

". Su voz era tensa, con un borde frenético. "Dile

on fuerza. Ella. T

egunté, mi voz firme a pesa

s fijos en el atisbo de tela roj

ano. "Nadie importante, mi amor. Solo una as

a apagada de nuestro pasillo. Sofía Montes estaba allí, una sonrisa triunfante en su rostro. Sus ojos se encon

ndro, de pie, arraigado, su rostro una máscara de horr

voz goteando una dulzura venenosa. Me miró de arriba abajo,

intensa que casi se sintió como un golpe físico. Me ob

asi distante. Era una actuación, un intento desesperado p

ndo su voz, se apre

ino de excusas frenéticas. "Natalia, mi amor, esta es Sofía Montes, una nueva asociada juni

chupetón apenas oculto en su cuello, una marca roja fresca y vívida contra su

de que la señora Garza sabe exactamente quién soy". Se pasó la le

a burlona en sus ojos, alimentaron una rabia fría y a

. "Bueno, Alejandro, estoy segura de que tu 'asociada jun

Sofía, su rostro una me

o. Ven, Sofía. Habla

ndo una mirada nerviosa por encima del hombro h

voz, baja y seductora, seguida de sus susurros apresurados. Mi mente corría. Esto no era una aven

había memorizado mis flores y mi pedido de café favoritos, ahora era un extraño. Me había cortejado incansablemente, un cortejo vertiginoso que me barrió de mis

cida como cristales rotos. Tenía que saber más. Tenía

n duda, acomodada en el asiento del pasajero. Me deslicé en mi propio coche, mis movimientos precisos, mecánicos. El mis

discreta. Ayudó a Sofía a salir del coche. Ella se agarró el estómago, una mueca de dolor

deó al instante, su rostro

mi amor? ¿Es

ísico, dejándome sin aliento. Agarré el volante, mi mente

voz débil pero aún con un

utinas han sido terribles". Lo miró, con los ojos muy abiertos. "¿Estás seguro de que quie

iciaron su cabello, su expr

drá en el camino de nuestra familia". Miró su vientre hinchado, una mano posesiva de

acías. Mientras yo tragaba anticonceptivos, él estaba creando una familia con otra persona. Un hijo. La expectativa no

un abismo frío y vacío abrirse dentro de mi pecho. El dolo

Obtenga su bonus en la App

Abrir