La Humillación de un Corazón
lde
mi "drama" era solo un llamado de atención, una rabieta de niña mimada. Pensó que un simple gesto, una disculpa a medias, un regalo c
jer sin voluntad propia, demasiado enamorada para marc
ueña audiencia que aún quedaba en la hacienda. Eduardo, por supues
r conciliador, pero que solo lograba ser condescendiente. "Prepa
risa y su arrogancia atrás. La verdad era que no necesit
iempre tan emocionales. Pero siempre vuelven" . Sus amigos rieron con él, validando su misoginia, su
s. Irreversibles. Esta reunión no sería una rec
hoteles de su familia. Me vestí con sencillez, sin joyas, sin
antó al verme, una expresión de falsa alegría en su rostro. "Matilde, ¡qué
omar mi mano. Lo evité
lpas, de verdad. Fui un tonto. Pero esta vez, lo prometo... Nuestra boda será la más espectacular.
na voz familiar que se acercaba.
Siempre
grosamente curado, no mostraba rastro de la lesión del día anterior. Se abalanzó sobre Eduardo, ignorándome por comple
sonrió, un poco incómodo, pe
s brillaban con malicia. "Me voy de la ciudad por un tiempo, para que M
a de delicias. Marisco crudo, quesos fuertes, vinos añejos. Todo lo
"Sé que no te gustaban antes, pero Bella dice que son delicios
de mi alergia a los mariscos. Se había olvidado de mí. "No, grac
que contaba anécdotas insípidas sobre sus seguidores en redes sociales. Él reía con ella, sus ojos b
e mi presencia, Eduardo se volvió hacia mí.