La Jaula de Oro del Esposo Obsesivo
ista de An
-la voz de la doctora era suave, casi una súplic
a sabe. Una verdadera bendición -hizo una paus
. -Estoy segura, doctora -mi vo
suave y triste. -Como
eco de mi vacío interior. Cada rincón,
. Una lujosa pancarta proclamab
eco y arrugado. La iro
s del sofá, con una sonrisa amplia y des
pretado. Sus brazos se sen
ego los labios. Se si
ré decir, las palabras sa
esposa, ¿verdad? -me guiñó un ojo, ll
s cuando lo vi. Una pequeña curi
ella. Un pequeño destello
iado rápido. -Vidrio roto -mu
corte. Era una hendidura perfecta en f
. Su exespos
erciopelo en la mesa. -Ábrelo, mi
aba dentro. Diamantes brillando co
entras lo abrochaba alrededor de mí. Un es
ozando mi oreja. -Hermosa, igual qu
spejo al otro lado de la habitación
. Un regalo rechazado, probable
ser dulces, se sentían como