EL CANTO DE LA LUNA ©
na energía le recorría el cuerpo. La primera vez que lo sintió fue cuando llegó al Echo Guards. Durante la primera semana sintió que aquel era su lugar, pero cuando llegó la tercer
l lugar en donde creció ella fuera tímida, no significaba que volviera a serlo después de tantos
os pájaros cantan hermosas melodías, por e
uvo, se subió a él y se dirigió a casa. Mientras iba por de camino, se dio cuenta de lo mucho que había extrañado la ciudad, y por supuesto, lo mucho qu
-se quejó
é su
miró por enci
s de por aquí -res
le gustó su
es lo de menos, solo le es
dio cuenta
sa para hablar de lo sucedido en la colin
quiso saber, puesto que en ese lugar
nado cuatro de
e ser! -excla
ello le trajo recuerdos. Fue lo mismo que sintió c
olveré en menos de lo que se imagina -cuando vio que el ho
Había un hombre apuntando hacia el podium improvisado, fue cuando entonces se dio cuenta de lo
los hombres trajeados y que la mirab
decía, ni siquiera se inm
e salir, es
torbar... -
, despojó de su arma al guardia de seguridad. Aquello era gracias a sus años de entrenamiento en el ejército, además de que no era cualquier soldad
go, con una precisión exacta, accionó de nuevo el arma, pero esa vez a una de las ventanas del edificio que estaba diagonal a donde se encontraban, todos vie
lugar en donde nun
ió que alguien lanzaba agua fría sobre su rostro. Abrió los
jo el hombre de seguridad que no le había h
rdia la soltó y le advirtió que no tratara de hacer algo estúpido. Miró a los lados y se d
por un pasillo. De pronto su corazón comenzó
como tu hijo! -exclamó una voz que hac
nte, esa chic
edes confiar en