icon 0
icon Recargar
rightIcon
icon Historia
rightIcon
icon Salir
rightIcon
icon Instalar APP
rightIcon

Su amor de él, Mi infierno, Su justicia de ella

Capítulo 2 

Palabras:1788    |    Actualizado en: 17/11/2025

le, un texto de un número desconocido: *Tu madre est

Había cortado cuidadosamente todos los lazos, comunicándome con mi madre solo a través de un correo electrónico co

abía dejado a su cuidadora. Sin respuesta. Probé su teléfono fijo, luego su

costillas. Las calles eran desconocidas, mi nueva vida un frágil escudo. Re

ipal estaba entreabierta, con madera astillada colgando precariamente de sus bisagras. El césp

iendo, mi

á? ¡¿

rcidos por todas partes. Parecía que un tornado la había atravesado. Vi un

biertos de par en par por el terror, mirando fijamente al techo. Un profundo corte le marcaba la frente, y su delgad

blando mientras la alcanzaba. Su piel e

ojos parpadearon hacia mí, luego se dilataron. Una lágrima t

oz apenas audible, luego tosió

ura, me invadió. I

propia voz temblando-. Te cons

voz del operador era tranquila, pero mi mundo giraba. Tra

a una ambulancia inmediatamente! -grité, tratando de da

e -dijo el operador-. ¿Cuá

uché un clic en la línea. Luego, otra voz, sua

ni ninguna atención médica. -Era Ezequiel. Su voz, usualment

s un susurro-. ¿Qué has hecho

e fondo: Isolda-. Pero verás, Brielle, tu madre ya no es una priorida

as corriendo por mi rostro-. ¡Dejaste

-. Sintió que estabas tratando de esconder a tu madre de ella, de imped

?! ¡Se está mur

os servicios de emergencia en este distrito están actualmen

oqueado los servicios de emerg

pidamente-. Por favor, está enferma. No puede sobrevivir a esto. Está sufrie

la suave y triunfante ri

ás a mí. Te disculparás públicamente con Isolda por todo el dolor que le has ca

a para mamá! -sollocé, agarrando la

de ayuda-. Lo experimentarás tú misma. Imagina que te dejen en un coche, a

endo amnesia durante meses. Me hizo creer que no recordab

un nuevo horror apoderándose de mí-

dejaste en los restos ardientes después de nuestro acciden

léfono-. ¡Ella no estaba allí!

teñida de triunfo-. Fotos de ella en el asi

cosa. Podría haber retocado las fotos. Podría hab

dijo, su voz volviéndose fría de nuevo-. Quizás se necesite un

de Isolda, clar

del mar. Siempre odió el océano, ¿no? Eso

lizante a las aguas profundas y abiertas. Solo mi familia m

quebrándose-. Por fav

ito -arrulló Isolda-. Ezequiel, c

Ve al viejo muelle, en la Playa Negra. Hay una jaula colgando de la grúa. Mét

viejo muelle, abandonado durante décadas, era notorio. Y la jaula... sabía exactamente a qué tipo de jau

dre moribunda. Su respiración era apena

voz escalofriantemente tranquila-. O más bien, cont

Sus ojos parpadearon, luego se quedaron quietos. Un

, sacudiéndola s

uperficiales. Su mano, que todavía so

abía

sesperación crudas, sin adulterar. La habían matado. Isolda. Y E

ía e inquebrantable comenzó a formarse en lo más profundo de

léfono, mi voz plana, desprovista de

ejo muelle se alzaba, una estructura esquelética contra el cielo enojado y amoratado. Una sola grúa oxidada sobresa

o del agua abierta. Las olas rompían contra los pilotes, un sonido hambriento y rug

cho una promesa. No a Ezequiel

to fúnebre que parecía lamentar mi destino. Caminé hacia el muelle, cada paso una batalla contra mi propia fobia aplastante. Cuanto m

con romperse. Las olas de abajo se agitaban, oscuras e insondables. Se me revolvió e

tormentoso. Ezequiel. Y a su lado, Isolda, su cabello azotando su

. Esperaban q

vadió. Los ojos sin vida de mi madre

ría. No ahor

ula se balanceaba, una fauce hambrienta esperando para tragarme entera. El agua de abajo era un abismo oscuro y arremolinado. Se me cortó la respir

i madre. Su sonrisa amable. Sus manos gen

la prácticamente vibraba de placer malicioso. Sus ojos brillaban con una alegría depredado

me detuviera, que retrocediera, pero mi mente, alimentada por el dolor y una ardiente necesidad de venganza,

Obtenga su bonus en la App

Abrir