Secretos de la esposa olvidada: Ahora brilla
ista de El
jos, abiertos con incredulidad, se movieron de mí a Br
o finalmente se encontraron con los míos, ardían con una furia aterradora. Respiró hondo y entrecortado, un sonido que amen
rás de nuevo, esta
stás haciendo el ridículo! Este no es el momento n
e hayas calmado -añadió, tratando de recup
n bajo murmullo de sus
de decir
es est
es una rom
taban en el aire,
ron de lágrimas, enrojecidos y rebosantes. Se aferró al dobladillo de su elaborado v
resionó un botón, y una enorme pantalla LED, previamente oculta de
-. ¿Por qué estás haciendo esto? Solíamos ser amigas. ¿Has olvidado por comp
jó sin aliento. Galilea, siempre la que robaba, envidiaba, socavaba. Ha
como la serpiente intrigante que era, cuando
re se m
a
pesadilla que había luchado tanto por enterrar, por olvidar. La que
apagados pero distintos, resonaban a través de los altavoces: mis gritos ahogados, los gruñidos guturales, los golpes nauseabundos
eron la boca, otros se apartaron con asco. Susurros duros, como dardo
do de falsa piedad, con
la boda de alguien y tratar de arruinarla porque estás celosa. Todos sabemos cómo llegaste a donde estás, usando...
co de mi más profunda vergüenza. Los susurros se h
clavándose en mis palmas hasta sangrar. Mis ojos, abiertos de horr
ueles. Recordé cómo me había encontrado, cómo me había salvado. Cómo me había abrazado, prometiendo mantener m
ía pro
de encontrar mi mirada. Un destello de culp
z demasiado casual, demasiado despectiva-.
. Lo había compartido con su amante. Como chisme. Como algo par
iendo el clima-. Surgió el tema. Fue hace tanto tiempo. ¿Por qué sigues tan obsesionada
auma, su entretenimiento. Mi alma misma, un tema de conve
No era solo un traidor. Era un monstruo. El hombre que había amado, el h
masiva explotó, bañando a la multitud con chispas y fragmentos de
abia de una madre, cortó el silencio atónito-. ¡¿Quién