Él le rompió el corazón, ella le vació la cuenta
ra
ría y uniforme mientras le extendía la pe
rostro. Pensó que era una reconciliación. Un reloj nuevo,
esposo perfecto y atento, siguiendo cada uno de mis movimientos, trayéndome regalos, susurran
celular se convirtió en un arma en sus manos. Comenzó un b
río. Dice que tu risa e
ue me compró la seman
onfirmó que esto no era una
durante cuatro años. Mientras tú constr
taba reducido a polvo. Cuatro años de mentiras. Cuatro añ
a suite de hotel que reconocí, enredados en las sábanas. Kenia sos
, le preguntó a Brauli
u voz era clara y, peor aún, aburrida. "
an solo... datos. Información
icial", presionó Kenia, su
, dijo él con desdén. "Pero puedo
u voz bajó, volviéndose astu
a respiración. La expresión de Braulio, cuando finalmen
jo qu
abitación, sosteniendo dos tazones de mi helado favorito
iró la pantalla el tiempo suficiente para registrar
ntó. No
ntó y me empujó u
ideo como ese*, pensé, una extra
ba tomada. El ca
taba programado en dos días. Él pensaba que era un se