Él le rompió el corazón, ella le vació la cuenta
ra
imientos tan silenciosos como los de
r de la mesita de noche. Mis dedos estaban f
oz pastosa por el sueño. "¿Elara? ¿Qué
n nudo de navajas. No podía hablar. No pod
por el Don. "¿Es Braulio? ¿L
ana, desprovista de toda emoción. Sona
zó con escapárseme, un sonido que habría hecho a
sto. Es una hipótesis. Es radical, irreversible. Podría desencadenar una pérdida d
Ya no quiero ser esta persona
n era teórica, financiada por una de mis subvenciones legítimas. "¿Qué ha
ncia completamente desaparecida. "
je simplemente. "Seré tu primer
as dos de la mañana, impulsada por quién
, la finalidad en mi propia voz
Podía oírlo respirar, sopesando la ética
Mañana por la tarde. Prométeme que n
ometo"
con un crujido. Braulio se deslizó en la habitación, una sombra mo
Una nube empalagosamente dulce se aferraba a su piel: el perfume de Kenia, un arom
esolución endureciéndose hasta co
aría el proces