Él le rompió el corazón, ella le vació la cuenta
/0/20767/coverbig.jpg?v=86192c40797636b00a95f8283659659d&imageMogr2/format/webp)
ono como el Don de un poderoso cártel. Nuestro hogar era nuestro santu
roveniente de un cuarto de huéspedes que se suponía vacío. El e
í llamarme "un mueble que duerme profundamente". Lo oí decirle que ella poseía algo que yo no tenía. Luego, un video confirmó la tra
lamaba su heredero. Había roto la única regla que mantenía nue
gran diseño, una mente brillante que podí
uera extirpado quirúrgicamente de mi mente, lo borraría de mi alma como un cánc
ítu
ra
de asentarse en una casa tan grande fue perforad
se deslizó por el pasillo de mármol de
ue no debía
stra cama king-size estaba
mi estómago. Braulio, con tod
un imperio sobre la violencia y el control, y el mismo hombre que me
su Reina, la arquitecta
santuario. Él siempre, siempre volvía a el
de nuevo, más
ri
ortando el silencio for
contra mis costillas, un pájaro
de seda, mis pies descalzos no
uite, un fantasma en la casa que yo había dis
que me acercaba a la pesada puerta de roble
madera, recon
profunda y
de ella era la vo
ni
oscuridad y traída a nuestro círculo íntimo. La chica en quie
ijo Braulio, su voz teñida del desprecio q
que me dejó sin aire. Yo era un ob
", la voz de Kenia era melosa, goteando
de orgullo en su voz que me retorció las entrañas. "Pero tú, mi amor",
ra solo la aventura; era la violación de nuestro ho
ía construido un imperio, el hombre que
había guiado, la que había tr
lo que había construido, todo lo que yo era,
fue instantá
a salida para
universitarios. Haría que el recuerdo de Braulio Valdivia, de Braulio Rivas, el ap
orra
, desap