El voto de la madre olvidada: Recuperando lo que es suyo
sentada en la cama, erguida, mientras médicos y
lamada para avisar a las enfer
oma eran más qu
conciencia, sabía exactament
que le pertenecía: su fortuna, su carrera y, sobre todo, a sus hijos. No
le la custodia y asegurarse
te, sabía que necesitaba tomarse s
jer vislumbró la silueta de s
poner su pla
s?", preguntó Isabelle, con voz tembl
uedó inmóvil en el umbral, con el rostro vis
, susurró s
voz le revolvió el
los brazos a ciegas, con los ojos desenfocados buscando, mientra
tenue pero inconfundible aroma
olton. No puedo
on palabras suaves. "No te preocupes, estoy aquí.
ar en pánico. Los ojos de su esposa no están dañados. Después de un coma tan p
dad: "¿Y cuánto tardará en
e de cómo sane su cuerpo. Podrían ser dos o tres meses
tra Kolton, con la determinación ardi
igidez de su cuerpo s
eguera lo hacía
ir aquí. Quiero ir a casa. Cuando recupere la vista, quiero que lo
eñor Reed, volver a un entorno familiar
mento y luego asintió
para sostenerse, Kolton pidió prestada una si
zar a Joelle momentos antes, Isabelle no pu
brazar a otra mujer,
ejaba sus imágenes. Oculta tras sus gafas
lo. Si acaso, estaba más guapo que antes, su r
ombra de su antiguo yo: de
había quitado todo lo que te
dedor en secreto. No había rastro de Joelle ni
y le abrió la puerta del copiloto. De inmediato, sus ojos se
ó el lápiz labial, lo metió en su bolsillo y la ayudó a s
ha sentado otra mujer en este asiento?", preguntó
añadió: "Todos saben que es mejor no meterse contigo. Una vez
do volvió
lento, e Isabelle estaba a punto de perder la cabeza por la preocupación. Desesperada, movió todos los
on dinero y una pistola, dispuesta a arrie
catara, él había jurado qu
nte se puso en rojo
, observándola. "Beldad,
mantuvo la voz baja y temblorosa. "Como estar atrapada en un sueño
ton le apretó la mano. "Ya todo
na sonrisa forzad
la y Kolton. Ahora era el
r y el coche avanzó a toda velocidad. Un elegante Maybac
specto frío e intimidante se sentaba. Sus ojos se entrecerraron al instant
iguió con la mirada mient
se volvió para preguntar: "¿Sucede algo, señor Gil
baja, sin dejar de mirar cómo el
se en el imponente edificio del Gr
e sonrisa burlona dibujándos
de su boca con frialdad, pero llenándolo de