Olvidaste que era una Morgan
vista d
Javier se desvaneció, reemplazad
me arrebató los papeles del divorcio de l
sollozos fabricados. "Todo esto es mi culpa. S
on lágrimas. "¡Te amo, Javier! ¡Te amo a ti
trágica. "Por favor, no lo dejes. Yo me iré. Desaparece
ón magistral, d
atando de atraerla a sus brazos,
tan descaradamente manipulado
o frío y húmedo del camino d
ción. "Pégame. Abofetéame. Haz lo que necesites para sentirt
obladillo de mis pantalones, su
pá, Sofía. Un niño n
ombros temblando, pero mientras me miraba, con el rostro oculto a Javier y Mateo, su expresión
on una palabra si
ciosa, de orgullo tragado, de dientes apretados, todo
ido bajo. Traté de apartar mi pi
agudo, me soltó, tropezando hacia atrá
ra la hab
plotó en mi mejilla. Javier
n lado. Puntos rojos y negros danzaban en mi visión. A t
apá
e protesta. Fue un gri
os contraídos con idénticas expresiones de odio y asco. No por lo que Javier
o y hueco. Todo era tan patético. Tan predec
unto a ella, su rostro una máscara de preocupaci
ndo su muñeca. "¿Te duele aquí? Sé cómo r
do, el cuidado que le había enseñado, ahora se usaba para aten
cargada de emoción mientras la ayudaba a lev
menos de un kilo y medio. Los médicos le habían dado un 50/50 de posibilidades. La familia de Ja
e, deseando que viviera. Le prometí al universo, a Dios, a quienquiera que estuvier
uncié a mis amigos, mis pasatiempos, mi propio ser. Soporté el creciente desprecio de Javier, sus ave
e miraba como si yo
fía", escupió, sus ojos ardiendo
su voz resonando con la finali
sposa", agregó, se
cuello, susurrando: "Eres la mejor mami del mundo entero". Lo recordé enfrentándose a un bravucón
o se ha