Olvidaste que era una Morgan
vista d
o pegado a la oreja. Vio la escena -Mateo, Camila, el coche de policía en el que
o a su socio de negocios. "¿No puedes encargarte de una
mento para intervenir. "No fue su culpa, señor Montes
abría estado allí. Ella siempre sabe qué hacer". La implicaci
üenza y resentimiento. Los de Camila, con lástima triunfante. Los de Valeria, con despr
azón se apretó más, pero no salieron
. Entra a la casa". No me miró; miró más allá de mí, como s
e mi propia familia. De
la mano en mi bolso y saqué un
firma ya estaba al final, un
destello de genuina conmoción finalmente ro
mi voz inquietan
e años. Realmente creía que yo era incapaz de actuar. Durante diecisiete años, había sido la esposa perfecta y complaciente. Había cedido en todo
, mi voz nivelada. "Y obteng
lvió ceniciento. Una vena p
no de detrás de él. Camila se había apresurado a su
a mano al pecho. "¿Es por mi culpa?
a, su brazo envolviéndola protectoramente. "No
labio curvado. "A veces
do. "Tenemos que sacar a Mateo de est
drama de mi propia vida. Un "episod
a Camila lo agobiado que estaba. "Bien", dijo, agitando una m
a Camila, para mostrarle que podía manejar a su esposa loca
s suplicantes. "Piensa en Mateo. No le h
e un giro delibe
hiciste a nosotros? ¿A mí? Pero no lo hice. La pregunta sería inútil. Vivía
gación. La vergüenza. El asco. No m
amente, mis manos se cerrar
inquebrantable. "Me voy. Con o sin la casa
risa extendiéndose por su rostro. Pensó que es