El Arrepentimiento Milmillonario de Mi Exesposo
Ocho
iento del copiloto del Mercedes-Benz
iameses, fusionados por su engaño compartido. César sigue mirándome, su expresión una mezcla de sospe
envuelve mientras Leonardo se inclina sobre la consola. Me estre
onómicos y precisos mientras abrocha mi cinturón de seguridad. Se r
ra vida con
diversión. Sus ojos se encuentran con los míos en el espejo retrov
i pecho y me vuelvo para mirar
un toque ligero y fugaz, pero me recorre una sacudida. "No t
rtantes, parecen ser una provocación d
eria. "Leonardo", advierte, con la voz tensa. "La familia Herrera
eza, pero siento el peso de su burla. "Esto es entre mi prometida y y
nclina hacia adelante, su voz goteando falsa pre
espejo y niego con la ca
una versión cuidadosamente seleccionada de nuestra historia compartida. Habla de nuestra amistad, desde el cole
ero ahora se sienten como pequeñas y a
ay una sonrisa en su voz, pero sus ojos son duros. Lanza una rápida mirada a Leonardo, luego de vuelta a m
ojos. Me doy la vuelta, concentrándome en el bor
es el camino. ¿A dónde vamos?", tartamudea, señalando por
retera, pero siento su mirada sobre mí. Un
elta a nuestra casa", decla
ición, casi lo había olvidado. El hombre sentado a mi lado, mi supuesto pr
na en el mundo que más dese
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