Reina deslumbrante desenmascarada: ¡nunca fue ordinaria!
scritorio, con los ojos fijos en el informe sobre el recital de Stacey que su asistente acababa de enviar
cidente, ¿por qué no se había defendid
as y dijo en un tono bajo: "Por ahora, no hemos encontrado
rma de que todo apunte hacia ella!", estalló el
incapaz de provocar conflictos. Apenas llevaba tres meses en el país
da por los celos. No había forma de que se hub
ptop con un fuerte chasquido, preguntó: "¿Y qué hay
uerdo importante. Sin embargo, justo cuando estaban por concluir las formal
Griffiths. Desde que usted la apartó hace dos días, Mateo no ha
de su exesposa. De alguna manera, siempre estaba
. "No me creo que el trato n
u oficina se abrió y Stacey entró, con movimientos tran
noticias", dijo en voz
e sobraba, se excusó rápid
e esfumaba mientras abrazaba a Sta
uscando por todas partes al curandero Céfiro para que trate a su abuelo. Y resulta que yo lo conozco. Si vamos juntos, tendr
e un beso en la comisura de los labios, le dij
ó. Recibió un nuevo mensaje, que decía: "Jefa, me enteré de tu divorcio. Y la verdad es que el momento n
e momento", contestó l
e tu ex a cerrar el trato con esa familia, le prometiste al patriarca que le harías un favor? Bue
gudizó l
den, ella había intervenido en secreto como "Céfiro" para ganar el proyecto con la familia Walsh. Además, para
los papeles del divorcio a la cara. Y aunque la alianza ya no tenía nada que ve
bajo", declaró
i aristocráticas, se reclinaba perezosamente en su silla cua
Todo el esfuerzo y el dinero que había invertido en publicar esa recompensa por el famoso curander
ientras murmuraba en voz baja: "Así que nos volveremos a v
Como el semáforo estaba en rojo, se colocó en el carril adyacente a un Bentley negro. Por un
era la misma máscara a la que se había aferrado
sarlo dos veces, Caylee pisó el acele
lujoso auto no tenía intención de ser seguido, pues aceleró
e su perspectiva, ese vehículo era la pres
o a ceder. La chica llevó a su carro al límite para igualar el ritmo
e la carcomía. Por eso, entrecerró los ojos, pisó el acelerador a fondo, bajó
upo de autos se interpuso entre ellos, cortándole el paso. Para cuando
go brillante sobre el asfalto, que se había caído del Bentley. Sin dudarlo, salió de su carro
no podía ser verdad. Entonces, una idea la golpeó con la fuerza de un rayo: