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Seducida por el Tío de mi Esposo

Capítulo 5 5

Palabras:1210    |    Actualizado en: 30/10/2025

n Alaric le había arrancado la tristeza y el dolor que la consumían. Ahor

e, se vistió rápido

después de casarse con Lucían. Era la única herede

dre, Felipe Stone. Aunque la familia trataba a Ivy como a una señorita más, su exist

pre la había tratado como a una hermana menor. Solo mucho después en

upo Stone, Selene estacionó en el

ora Selene -la salud

con una sonrisa, antes

almacenes. Aunque era la heredera natural, el corazón de Selene estaba en el diseño de moda. Su padre, siempre complaciente, nu

secretaria llamó a la p

a Selene,

notando que la jo

lgo

Ivy afuera -informó

ere ahora? ¿Pr

tó una sonr

ala

largo y elegante, sonriendo de

aludó, com

s? -preguntó

n seca. Som

mana pudiera acostarse con el marido de la ot

ó. Al contrario

l problema es que tú no s

presumir, pue

a Ivy más que cualquier insulto. La

nte mí, suplicándome misericordi

una carcajada s

caster la llamó para informarle de un b

y respetadas de Ciudad Pacífica, así que Selene decid

a Lucían, per

día siguiente, regresó s

ibió Jaime Arnal, el m

, Jaime. ¿Dónde

ede descansar primero en el salón

upes, iré a v

ar a que el abuelo viniera a recibirla,

generación, la casa se había hecho aún más magnífica. El abuelo de Lucían, Gerardo Lancaster, era un apasionado coleccio

derno invernadero de cristal escondido entre los árboles. Nadie sabía por qué

os en llegar. Desde lejos, vio

ludó con alegría m

mi nuevo té -la invi

o seguía lleno de vitalidad. Siempre hab

ego sonriendo-. ¡Está delicioso! Deja un aroma tan

rdo entre dientes. Le sirvió más té

Por qué no ha

gundo, pero enseguida

do. Luego le ll

rardo-. No te preocupe

ias,

ecirlo. Después de todo

izar el banquete -añadió e

omo miembro de la familia Lan

as palmaditas car

tan jóvenes, no tendrías que cargar con tant

as eso,

iando el tema hacia cosas más a

tivos. Exhausta, volvió a su habitación cerca

ba su cabello, escuchó cómo l

nido del agua... hasta que la pu

omo pudo con una toalla. En medio del páni

s haciendo?

aralizado, pero enseg

rgada de rabia-. ¿Puedes mostrarle tu c

ose por mantener una expresión fría, au

encendió aún más

que pa

on desprecio. Su vista se deslizó por los

pudo contener el odio que le provocab

iso, le arran

ían,

, pero su resistencia

ido! -gritó,

el cuello, presionándola

e luchaba por cubrirse, pero Lu

aces fingiendo ser una santa? ¿Así seduces a

apretándole la mand

-gritó ella, sin a

ándole más la garganta-.

. Pero Lucían, enceguecido por los celos y l

frenéticamente mientras torturaba ese del

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