La caída de la princesa de la mafia, el ascenso de la reina del cártel
Al
me tra
ra una caja blanca y
y una única tira fluoresc
da y una botella de a
er un desastre
mas silenciosas y educadas. Eran sonidos desgarradores, que partían el alma
o una frase que hizo que la sangre
a... mi niño...
al, con un expediente en la
e tu padre -dijo, su voz un zu
del veneno que el Escorpión ven
pero los gritos de la muj
ivamente alrededor de la brújula de plata deslustrada
ños atrás, su voz un suave susurro mientras
ba en ella ahora.
u funeral. Había insist
icho, su voz espesa por un dolor que a
a estado
so. Mi uña se enganchó en una costura diminuta, casi invisible, cer
sio
e que un suspiro. Un comparti
de terciopelo descolorido,
legó, no fue un escape. Fue u
spiadado sobre mi cabeza. Mi madre me llamab
corpión... El Je
do contra mis costillas. Sus palabras d
hablar c
emblando mientras iba a su núme
oderó de mí. No era solo un
o que ellos
la Vega, el número de su sitio web corpora
la Vega, ¿en qué
extraña y distante incluso para mis propios o