Venganza por mamá: Destruir su mundo mafioso
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ártel de los Garza, juró que q
en el hospital, él prefirió u
stó. Estaba en Aspen con Isabella, y yo podía escuchar la risa de ella al fondo. Descartó l
radas. En su lugar, mi celular se iluminó con una publicación de Instagram:
lica, un juicio sobre el valor de mi madre y sobre el mío. Una fu
se enfrió, luego salí del hospital y marqué el único númer
Monterrey. Dejo esta vida y vo
ítu
vista d
ue quemaría el mundo entero por mí. Pero cuando mi madre
ervios en carne viva. Hacía una hora, estaba limpiando la cocina de mi madre, el aroma a limpiador de limón to
mis manos temblaban tanto que apenas podía sostener el celular en mi oreja. Él era mi ancla, mi futuro, el hombre que me había
al tercer
asa? -Su voz sona
e y cantarina de una mujer. La rec
la voz temblorosa-. Está en e
pesado de
Alessia.
doctores están con el
bofetada-. Isabella y yo acabamos de aterrizar en Aspen. Es un viaje de negocio
n escalofrío, agudo y doloroso, recorrió mi espalda
ndo a ese tono bajo y autoritario que usaba pa
lg
epentino de mi coche. Me quedé sentada un moment
s clínicos. Mordeduras. Laceraciones profundas. El perro, me dijo, pertenecí
legante de músculos y dientes al que llamaba su "bebé", un a
ospital, con el rostro pálido y
no temblaba en la mía. Tenía diabetes. El doctor
Un mensaje de Da
o de Isabella la atacó. Al doctor le preoc
trozada. Dice que el perro nunca había hecho algo así
endo a Isabella. Estab
co era el único ritmo en el mundo. Pasaron las horas. Su fiebre se disparó. Volví a llamar a Damián, m
volvió l
Era una foto de ella y Damián, sus rostros juntos, sonriendo bajo el cálido resplandor de una chimenea cr
ego el frágil cuerpo de mi madre, perdido en un enredo de tubos y cables. Una llama silenciosa y fría se ence
s bebían chocolate caliente. El doct
decisión mucho antes de subir a ese avión. El viaje, la alianza, esta foto... todo era una declarac
a las 3:17 de
e mosaico. Luego salí del hospital, hacia la luz gris de
hecho memorizar años atrás, un número que nunca debía usar a m
al primer
e, mi voz un eco
voz cargada de un dolor que no
estás,
, la decisión cristalizándos
a a que