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La Princesa de la Mafia: Escapando de Su Mentira Mortal

La Princesa de la Mafia: Escapando de Su Mentira Mortal

Autor: Gavin
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Capítulo 1 

Palabras:1049    |    Actualizado en: 24/10/2025

tiempo, mi esposo Julián ha sido mi roca, mi todo. Nuestra última esperanza era un hígado del

al, lo escuché prometerle es

a madre de

a pieza de reemplazo. En la grabación oculta de una cámara de seguridad, lo vi en el penthouse de mis p

antes que había comprado para mi cu

oí susurrar: "Solo un poco má

onando. Estaba intentan

ra de hielo y desprecio en mi pecho. El hombre de cuya devoción n

anillo de bodas y los papeles de divorcio firmados sobre la mesa de

ítu

lina

n la enfermedad acaba de prometerle mi ún

o tenía nada que ver con la temperatura de la habitación. Se había instalado en lo más profundo de mis huesos. Ya no e

z de mi esposo, era un

edan tres meses, quizá más. La madre de Eva no tien

ro. El hígado del mercado negro, el que se consiguió gracias a u

a madre de

án había sido mi roca. Me había sujetado el cabello mientras vomitaba, me había dado caldo con una cuchara cuando no podía retene

a voz de mujer, suave y empalag

a calmó Julián. "M

precisión nauseabunda. Mi enfermedad había comenzado hace tres años. Su avent

nido débil y metálico de la voz d

ándo viene

a. Papi tiene un

ra perfecta de preocupación. Era la imagen de un Capo en ascenso en

n y se inclinó par

te si

o un hogar, ahora se sentía como una m

ota

o", dijo, acariciándome el

mesita de noche. Un de

pleaños. Una broma cruel y sentimental. Ignoré los mensajes y fui directamente a su re

del teléfono. Su coche no estaba en su oficin

do en el penthou

rón, una vez gobernó. Un lugar que Julián me había prohibido visitar desde sus mu

de seguridad, la que había instalado en mi teléfono hacía años,

da y, con ella, mi m

oscuro sobre la rodilla. Allí estaba Eva, entregándole un tazón de crema de almeja. Una es

a. De ella, sacó el delicado collar de diamantes, una pieza de edici

alrededor del

r que me quedaba por él no solo se marchitó y murió. Se calcific

ropio teléfono. Marqué el

contestó al p

? ¿Qué

sí misma, pero las palab

rse". Hice una pausa, con los ojos fijos en la pantalla, viéndolo bes

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