La Deuda del Rey de la Mafia: La Furia de Mi Familia
ía
legido juntos, se sentía como una burla. Me moví por las habitaciones como un fantasma, con una bolsa
uñetazo en el estómago: BIENVENIDA A UN FERRER: DAMIÁN FERR
Sandra del brazo. El pie de foto la llamaba su "encantadora pareja". Como si yo no exi
una infidelidad
última de mis lágrimas. Él pensaba que yo era desechabl
sa noche, me encontró de pi
-preguntó, su tono teñido d
amián -dije, mi voz
ejo gesto familiar que so
í, mi vida. Fue
ocho meses fue un malentendido
ira en sus ojos. Todavía pensab
usivo. Un destello de pánico cruzó el
equipaje y el bebé en un portabebé. Pasó junto a él y entró
de su propio desastre, de pie entre su
mí, su voz ahora
gesticulando vagamente entre Sandra y y