La Deuda del Rey de la Mafia: La Furia de Mi Familia
/0/20142/coverbig.jpg?v=a9a4f5ddf30217db19f89ebbcc5f2ee7&imageMogr2/format/webp)
s, sosteniendo a un recién nacido junto a otra mujer. Yo tenía cuatro meses de
s mismos hombres que brindaron en nuestra boda lo felicitaban por el hijo de otra, y sus miradas me ignor
me acorraló, con la
a mí. Y a n
y desgarradores, pero cuando mi esposo, Dami
enó-. Estás arma
a de dar a luz. A través de una neblina de dolor, lo vi protegerla a el
ebé de su propio hijo y gritó que yo había atacado a su bebé. Damián le creyó sin dudarlo un segundo. Mie
amante, no para ver si estaba bien, sino
la que se casó murió. Y en
ítu
ía
rar luz sobre la demolición de mi vida. Vi a mi e
nacido acunado en los brazos de otra mujer, con una expre
su heredero, el niño destinado a consolidar la alianza entre el d
posa del lugarteniente. En cambio, era un fantasma en mi propia f
de falso respeto, ahora lo rodeaban a él y a su nueva familia. Sus miradas
tré un rincón apartado y m
su voz era cortante,
alabras atoradas en mi gar
glacial al otro
rza-. Lo sabía. Mis fuentes me lo confirmaron esta maña
to. No solo me había engañado. Había construido una segu
o crudo y feo se escapó de mis labios-.
acero-. No eres una víctima. No lo confrontes
. ¿Encargarnos de esto? No. Yo haría más que eso. Iba a reducir su mundo a cenizas. Justo cuand
Te ves ta
una imagen perfecta de resplandor maternal, sus ojos