LA ELEGIDA DEL ALFA
imagen, su tacto, su mirada, me perseguían. Era como si me hubiera marcado, y no podía quitarme la sensación de que siempre estaba ahí, incluso cuando no
dijo Sarah con una sonrisa. "La tiend
dije. "Es bueno te
lamado Daniel, que trabajaba con ella en la tienda de antigüedades. La invitó a un ba
", me dijo Sarah. "Disf
una mesa cerca de la ventana cuando vi entrar a Ethan. Ethan estaba sentado en un rincón, con un vaso de whisky en la mano, observándome desde lejos. Sus ojos oscuros y penetrantes estaban fijos en mí, y una expresión de celos se reflejaba en su rostro. Sentí un escalofrío. Era una mezcla de miedo y atracción. No podía entender por qué Ethan me provocaba una reacción t
a? ¿Estás bien?"
ncentrarme en la conversación, pero no podía apartar a Ethan de mi mente. Ethan seguía observándome desde lejos, con sus ojos oscuros y penetrantes fijos en mí. No podía
voz ronca y seductora. "Estás preciosa". "Et
traviesa. "Y a decirte lo guapa que te ves c
o cruel, jugando con las palabras
tando mantener la calma. "No qu
sonrisa pícara. "Sabes que
on sus ojos oscur
bes, ¿verda
me arrastraba a un lugar al que no quería ir. Mi corazón se aceleró y la adrenalina me inundó. No podía quedar
del bar. La puerta se cerró tras mí con un golpe sordo. El aire fresco de la noche me golpeó como un puñetazo en el estómago, y respiré hondo, intentando calmar mi corazón acelerad
o actuó por instinto y corrí más rápido. Las calles estaban desiertas y no sabía exactamente adónde iba. Mis pies golpeaban el suelo a un ritmo frenético, y lo ú
dejar que me alcanzara. Giré a la izquierda por una calle estrecha, intentando perder a Ethan entre las sombras. Las farolas parpadeaban al pasar. Cor
, con la voz más suave, casi desesp
confusión eran más fuertes que cu