Perseguida por el mejor amigo multimillonario de mi ex

e reclinó en la silla, con l

rse con Juliano, ya habí

a, aunque él nunca

lases, un matón de otra escuela la acorraló en un callejón que in

eland simplemente se echó la mochila al hombro y respondió con un tono tranquilo,

vez lo que es el amor, era difícil no sentirse cautivada, espec

entregarse a ese fugaz enamoramiento. Más tarde, ambos terminar

lo. En ese momento, Leland estaba rodeado de Juliano y un grupo de amigo

evantar la vista, manteniendo su a

otra cosa. Después de eso, Betania dejó de intentar acercarse a

profundamente involucrado en una apasionada relación en línea, u

familia de ella. En un giro retorcido de los acontecimientos, termi

circulando. Se decía que aún conse

maginó que alguien tan excepcional como

cuando dos chicas entraron en

tiene un nuevo juguete: una novia obediente a la que exhibe por ahí. ¡Hasta pag

eña fortuna, ¿no? Fácilmen

suerte de conseguir a alguie

audaz. A Juliano le gustan la

ra a funcionar para mí!". Am

clavándose las uñas en las palmas, pero el dolor apenas

realmente

y cerrar de ojos, pero la había arrinconado a l

ncera devoción se ha

icas se fueran, el ce

liano apareció

sonar, y luego vio cómo una avalanch

monios sacast

gnoras

mi ayuda, porque te vas a arre

u número y borró su información de contacto. Aun así,

entiras quedaban al descubierto, cada dulce promesa se conve

ividad. No fue hasta bien entrada la noche cuando algo estalló e

le dedicó una s

las peleas eran algo habitual en el Ballenas: clie

e. Pronto llegó una ambulancia, con las

se inclinó por encima del mostrador y vislumbró a alguien siendo subido a la ambula

a la entrada de la ti

para ver mejor. Agarró a un hombre por el hombro y le

Conoces a Juliano Wells, ese r

e la tienda vecina parecía desconcertado. "¿Juliano Wells? ¿Quién demonios se atr

, apenas en la secundaria. Entró corriendo con un

e los dos hombres. "¿Quién di

Shawn cuando se fue el día anterior, y

iró fijamente al hombre y luego volvió la cabeza hacia Betania, con una sonrisa torcida

nstante, sintió como si hasta la última g