Incriminada por el multimillonario que salvé
ista de El
de regreso a la Ciudad de México
te, Julián de la Torre, deseaba terminar el contrato antes de tiempo. Argumenté que sus múltip
la línea guardó silencio po
nir a la oficina tan pronto como pue
espalda. Esto era más que una
as ahora desviaban la mirada, cuchicheando a mis espaldas mientras pasaba. Incluso mi mentora, la Dra. Alarcón, una mujer q
Sabía, con una certeza enfermiza, que e
alidez habitual. Señaló la pantalla de su computadora-.
con la voz tensa-. Eso es t
sado y cansado que hizo qu
necesita
la lista de distribución de la agencia. El asunto hizo que se me h
to perfil, de usar mi posición para intentar sabotear su relación con su prome
orosas, hice cl
ta de Julián y Constanza durante mucho tiempo. Mostraba la puerta abriéndose, a Constanza abofeteándome y luego arrastránd
del correo electrónico, pintaba la imagen de una mujer celosa tratando de
Tenía que
explicarlo... -empecé
sombrío-. Este correo ha sido enviado a todas las principales asociaciones de
agencia no tenía más opción que suspender todos
sangre, sudor y lágrimas, se estaba desmoronando. Había salido de la nada, obtenido mis títulos con becas y trabajo incesante, y
en mi garganta. ¿De qué servía? E
aba pasando esto? ¿Por qué toda mi vida de trabajo debía ser
espectivas de mis colegas quemándome la espalda. Justo
thouse. Necesi
r. No iba a dejar que m
piso privado, los vi. Estaban sentados en el sofá, y proyectado en la enorme pantalla de la
ro, una sonrisa cruel
el viento. ¿Vienes
compostura fina
te que hiciera? Jamás, ni por un segundo, me ha interesado tu prometido. -La miré de arriba aba
evo. Esta vez, estaba lista. La esquivé fácilmente. Se acabó ser su
Julián, baja y peligrosa. No me
rrera, mi reputación, mi vida entera, todo era solo un jueguito sin sentido. Pero en
suelos, pero si esto explota, todos sabrán que el CEO de Grupo de la Torre tiene un severo trastorno de estré
sus ojos entrece
Constanza, su
ón, cariño. Necesito hablar
la habitación que habíamos usado para nuestras sesiones. Era un lug
La vieja dinámica volvió a establecerse po
razos, atrayendo mi espalda contra su pecho. Su barbilla d
todo mi cuerpo
rave-. No he dormido bien desde que te fu