El corazón de una madre, una cruel mentira
a de embarazo y una risa seca y
barazada. Gr
abía ninguna parte de mí que quisiera estar atada a este hombre,
la tensión en sus hombros se alivió
eso es u
, volver a ponerse la má
.. deberíamos hac
ría como el piso de baldosas. Pasé
uiéndome-. ¿Por qué te comp
s papeles del divorcio todavía en mi mano.
mí, como si hubiera hablad
la calle de los Fresnos. El que compraste el año pasado
in culpa. Pero necesitaba una distracción, algo en lo que su ego masivo se enfocara además de la
nalmente estaba sintiendo que algo andaba realmente m
rme cosas? -preguntó, una sonrisa co
me vaya en silencio, sin una escena que pueda manchar la reputación del gran Gael de la Vega, entonces dame el loca
y dócil, me atreviera a desafiarlo era insultante. La idea de que pudiera desha
los papeles sin siquiera leerlos-. Tómalo. Y lárgate de mi
torio. Los recogí, mi corazón martilleando
paso estab
de la habitación, escuché a los ge
ir? -pregu
Así Iliana puede ser nuestra
fuerza los papeles firmados en mi mano. Pro
el, de preparar su ropa, de dirigir al personal de la casa. Me quedé en mi habitación, cuidando mi pierna he
hef no cumplían con los exigentes estándares de Gael. Los gemelos se negaban a comer cu
ves, María, llamó a mi puerta, su
eunión importante hoy y no puede decidir qué corbat
odas las mañanas. Conocía
r la puerta-. Resalta el azul de sus ojos. Y dile
ego un agradecido
ía, Gael aparec
s deberes? -exigió-. La casa es un d
oz plana-. Me duele la pierna. El
inútil y se fue. Quería a su niñera gratis de vuelta, a su
estaban acostumbrados, comenzaron a tener dolores de estómago. Estaban pálidos y apáticos. Gael llegó a casa una noche
nvisible que mantenía a esta familia funcionando sin problemas. Había curado sus dietas, manejado sus horarios,
a días. Ese era el período de reflexión del
ón de nuevo. Esta vez, su tono era
el borde de mi cama-. ¿Toda
espo
a gente habla. Pero no hay nada entre nosotros. Es solo una v
ue yo había visto en su blog secreto, circulando en línea. Aq
su madre, Alex. Nada ni nadie cambiará eso. No dejes que los celos
arme, de hacerme sentir co
iendo a fuego lento bajo la
e había permitido sentir hasta ahora-. No es bueno para ello
rectamente
plemente ya