Golpe de suerte: El heredero perdido vuelve a casa
rodillas, antes de que Farris y Horace pudieran discutir nada. Sabía que alguien podía hacerse pasar por Farris, pero vio que la matrícula del Rolls-Royce era auténtica. La ge
r un espectáculo, pero no podía obligar a un hombre como Farri
e nuestra fuente de ingresos. Le prometo que haré cualquier cosa que me pida".
ro desde que nació, nunca había trabajado por un centavo. Sabía que, si el n
las diez más ricas. No tenía a nadie que lo respaldara económicamente, salvo su padre. Ahora, al encontrarse con algu
ó al señor Warren antes de que yo llegara?", p
joven que se retorcía por el suelo y l
u mirada asesina. El pánico lo invadió y
e Farris y la dureza de su voz hicieron que Addy se
miles de gánsteres antes de entrar en el negocio de la seguridad. Hoy en día, su nombre no solo era conocido en el círculo empresarial,
de él al ver que el hombre se hacía crujir los nudillos con una mirada maliciosa. Llorando de
o, Amaia fina
de tu madre. Se me rompió el corazón al ver lo desesperado que estabas por dinero. Hice todo esto por ti. Por favor, créeme
ora lamentaba profundamente haber
n lastimera, caminó hacia él
he asumido mi verdadera identidad como hijo de la familia Warren, el viejo Horace está muerto. ¡Y el amor que sentía por ti también está muerto
"Estuvimos juntos un año entero. Nos amábamos t
recuerdo: eran casi las mismas que él le había dicho
alguna vez tuvimos. Solo por esta noche, lo dejaré pas
"Perra, ¿no escuchaste lo que dijo el señor Warren? ¡Lárgate! Si no te vas por las buen
mbién le dio un vuelco el corazón, pero aun así logró decir con un tono coqueto: "Hora
Amaia se f
e. La envidiaba porque ella se había librado, mientras él seguía de rodillas con el negocio familia
uiere que haga con él? ¿Quiere que acabe con él?
suelo, rogando por su vida. A juzgar por las palabras de
na simple advertencia solo por ser la exnovia de Horace. A él, en cambio, no le mostra
. Sin tu familia rica, no eres nadie. ¡A
ce, agradecido: "¡Gracias, señor
corriendo, abandon
o, Raul se disculpó con Horace: "Señor Warren, la
tancia. "Entremos. He oído que los mariscos del Sea Pavilion son deliciosos. ¡
rris lo s
silencio sepulcral. De inmediato, se convirtieron en el centro de atenci
aron a susurrar: "¿Quién es ese joven del centro? No p
s mantenían las manos a la espalda, como si fueran sus guardae
del vestíbulo a Raul en voz
o distinguido visitaría el Sea Pavilion por la noche
Dario Russell, el hombre más rico de Rinas, debía mostrarle respeto a su jefe. Él nunca trataba a nadie de esa man
ntidad noble. De hecho, va vestido casi como u