MI HOMBRE DE ENSUEÑOS DOCE AÑOS MENOS
ado. Tenía que ser hoy que tengo esa reunión importante, que se demoraran en cobrar. Vuelvo a mirar el
fácil salir. De pronto, siento como el tacón de mi zapato se rompe, se me vira el pie y voy a parar co
recojo todas mis cosas desparramadas. Cuando
ayudarle
ros, que dejan muy bien marcado su exuberante bulto. Cuando logro apartar mi vista de esa parte de su anatomía, descubro unos muy bien formados pectorales, un poco más arriba, unos carnosos l
sto ante su gesto de agacharse p
iencia es sorprendente, como si fuera una creación hech
nuevo, esta vez más cerca e i
unto de volver ir a parar al piso, cuando sus fuertes brazos me agarran por mi cintura, pegándome a su cuerpo. Y,
iendo ese embriagador olor que despide. ¡Cielos, esto no
-tartamudeo alejándome,
es de ensueño que solo existen en películas y libros! Y tenía que verme desparramada en el piso, ¡qué ve
ándome. ¡No lo puedo creer! ¡No puede ser real! Y yo..., caminand
anco, doy marcha atrás y al girar mi cabeza, lo veo avanzando con las llaves en la mano hacia su auto. ¡Es exacto, a
, cuando no tengo tiempo? ¿Y si cojo por allí? Es el parqueo, ¿qué puede pasar? Me digo tentada de ir a h
a a coger tarde si sigues mirando a ese
ble que dijera mi nombre. Intento descartar la idea de que la voz se refiere a mí, y vuelvo a
ñana, Ema, vas a llegar tarde a la
ién me está vigilando? El auto comienza a avanzar sin que yo haga nada, tampoco me importa. Porque estoy concentrada viendo como me alejo cada vez más del hombre que me ha llamado la atenci
es esa voz en ella? ¿Cómo sabe mi nombre y mi agenda? No debí comprar este auto tan sofisticado, un poco más
Mi mente se llena de preguntas mientras continúo mi camino viendo que casi llego a mi destino antes de lo previsto. ¿Qué sucede hoy con este auto? Me vuelvo a preguntar, mirando el tablero computarizado lleno de botones y luces que aún no sé para qué sirven. -Si no fuera porque eres eléctrico, y cuidas el medio ambiente, te cambiaba por uno normal. -Digo apretando el botón de manual para retomar el control del timón. -Ema, no estás en condiciones de conducir -me advierte la voz de mujer de nuevo. Y ya está entrando en mi empresa. -Hemos llegado a nuestro destino. -Esta bien, parquea y veré que te revisen hoy, no me gusta que te mandes solo -digo molesta recogiendo todo. -Batería al cien por ciento cargada, todos los sistemas funcionan correctamente, no necesito un servicio -contesta la misma voz.
o parlante! -Y me bajo dando un porta
en del hombre de mis sueños que encontrara en el mercado regresa