Más allá de la traición: Nuestra inesperada historia de amor
a de Cristian
pudiera detenerlas. Por supuesto que lo hicier
estado presionando sobre el pla
lado pulcramente junto a su plato-. No solo una victoria. Una jugada que defina tu
lucionaria de logística e inteligencia artificial que optimizaría nuestras operaciones globales y ahorraría miles de millones de pesos. Tamb
Su mente era algo magnífico y aterrador. Veía ángulos que nadie más veía. ¿Pero pasión? Eso no estaba en nuestro c
llegó
ablaba de capitalización de mercado o sinergias; hablaba de cómo la hacía sentir. Me m
se convirtió en encuentros clandestinos en suites de hotel. Fue un error, me dije. Una
todo estaba ahí. Un hijo con Brenda, la hija predilecta de Héctor Roldán, uniría a las dos compañías más estrechamente que cual
uno. Sentí una punzada de algo -culpa, tal vez- al verla acostada en esa c
cción ya es
a en el hombro, un gesto
Una situaci
a, que ahora me observaba con ojos grandes y adora
tranquilos. No había histeria, ni lágrimas, ninguna de las emociones desordenadas para
e esto es un golpe brutal. Y lamento de verdad la forma en que te estás enter
monstruo. Que me arrojara el anillo de comprom
nea de código que estuviera depurando. Era la misma mirada que ponía jus
irme-. Proyecto Quimera. Brenda lo pres
e ocurrió ayer por la tarde. La reunión de la junta
estremeció
a, y
que guardo en mi oficina en casa. Lo tomó después del accidente. Lo presentó co
la noticia del accidente. Tenía el disco. "Es nuestra oportunidad, Cristian", había dicho, sus ojos brillando con una ambición
compostura-. Brenda identificó vulnerabilidades cl
a genialidad de Alia, pero la junta, influenciada por Héctor y la
ña sonrisa sin humor.
a
piedra de cinco quilates de una joyería de prestigio, un símbolo de la dina
ijo, su voz desprovista de toda emoción
ntía como si no estuviera admitiendo la derrota. Se se
cia la ventana como si ya no estuviéramos en la habitación-. Me reti
r se
, sé razonable.
y por primera vez, vi un
ndería lo
onos la espalda, una clara señal de de
, una sonrisa triunfante finalmente abriéndose
r -susurró-
bría luchado hasta el final. Esta extraña, silenciosa y decidida en la cama del hospital me desconcertaba. Se s
vibró en mi teléfono.
RUMORES DE FRACASO EN I+D. EMILIO PÁEZ ES LLAMAD
histe, una reliquia de una era pasada. Emilio
uié fuera del hospital, dejando atrás a